Capítulo 7

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Viernes en la noche y ninguno podía dormir. Así que en el grupo WhatsApp que tenemos todos juntos, acordamos para hacer algo y que así se nos pasara más rápido. No se si fue una idea muy prudente, dado que salimos temprano en la mañana, pero no estoy con fuerzas para replicar.

Fue así como terminamos a la 1 de mañana en una habitación de karaoke. O noraebang, como son conocidos aquí en Corea, que para nosotros es un entretenimiento nocturno típico y popular, además de una pasión cultural.

Llevamos bebiendo un buen rato, por lo que los cantos empezaron a sonar desafinados. Suerte que la habitación es insonorizada, porque de afuera parecerían que nos están sacando las pestañas una por una.

Antes de iniciar hicimos un sorteo para ver quién iba a abstenerse de beber, y que por ende sería el conductor designado para nuestro viaje. Para mi tranquilidad el elegido fue Shin, quien luego de Min es a quien más le confío el volante. Claro que él no se lo tomó tan bien, quién está en una esquina del sofá, con una cara de pocos amigos, mientras le da sorbos a su limonada. Es entendible, yo tampoco aguantaría esto estando sobrio.

Park Shin. Hicimos juntos el servicio militar, dónde lo habían apodado "Rambo" por su gran destreza y habilidad. Es por eso que siempre fue mi primera opción para que sea el guardaespaldas personal de Moon-sik y que estuviera a cargo de todo lo relacionado a su seguridad, en especial en eventos de grandes magnitudes.

Claro que al principio se negó, como una persona cuerda y normal. Digo, ¿Quién en su sano juicio elige voluntariamente estar con Moon?... Aparte de mi, pero bueno, es que yo desde hace 10 años no soy ni cuerdo, ni normal. Sin embargo luego terminó accediendo. ¿Por qué? Porque se enamoró de Nari. Las personas somos capaz de mandar todo a la mierda por amor.

Así que me vi obligado a instaurar una nueva regla... No mezclar lo personal con el trabajo. Pero al parecer no soy un jefe que se hace respetar, ya que todos han borrado la línea que separa uno de otro. Es por lo que estamos todos en una habitación de karaoke, un viernes a las 1 de la mañana, ebrios (a excepción de uno), a unas horas de salir de viaje.

Tengo que admitir que es lo que necesitaba (a ellos). Se me hace más ligero (la vida).

Ahora quien tiene el micrófono es Moon. Él eligió una canción bastante obvia, ya que en la casa se la pasa poniéndola todo el tiempo y bailandola. Siempre que venimos en algún momento la pone. Ya se había tardado bastante en ponerla. Pero a esta altura de la noche ya no le decimos nada, sino que se la seguimos con los coros, y ya para el final estamos los cinco bailándola en sincronía. La sabemos mejor que la macarena.

Caemos contra el amplio sofá que está en la habitación, riendo.

- Superen esa... - habla altanero con una sonrisa.

- Jun, te toca. - dice Nari extendiéndome el micrófono.

Lo tomo y me paro. - Bien, llegó el momento chill de la noche.

- NOOOOOO.... - se quejan a coro, haciendo sus cabezas hacia atrás.

Shin me apunta con el dedo. - Tienes prohibido cantar una canción de ese maldito albúm. - sentencia.

- ¡Es mi favorito! - me excuso.

- ¿Con qué cara me critican de que siempre pongo el mismo tema? - reprocha Moon.

- Anda, sorpréndenos con algo nuevo. - pide Min.

- Está vez te elegiremos algo nosotros. - anuncia Moon y toma el control. Mira a los demás. - ¿Sugerencias?

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