Capítulo 23

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Y luego de unas horas conseguí llegar bien a Seúl.

Lo primero que hice fue enviarle un mensaje a mis hermanos para que se quedaran tranquilo. Y lo segundo, que era lo que más me urgía, fue conducir hasta mi casa.

Apenas detuve el auto, me baje de este con rapidez y entre. Las luces se encontraban encendidas, lo que enseguida me alegró porque significaba que estaba aquí. Acaricié a Garu, quien vino a recibirme, y comencé a recorrer los espacios, en busca de Moon.

- ¡Moon! - lo llamo en voz alta, feliz de estar de regreso, con una sonrisa en el rostro. - ¡Moon!

Al no encontrarlo abajo, subo las escaleras y voy directo a mi habitación.

- ¡Mo... ! - me detengo en seco al ver que tampoco está allí.

La sonrisa se me borra y siento como se me hace un nudo en el estómago.

Encima de la cama está la manta revuelta, al igual que los almohadones y noto que está su peluche de dinosaurio, aquel que le regale. Su celular está sobre la mesa de noche. Pero de él, ni rastros.

Con manos temblorosas le marco a Nari, quien me contesta luego de que sonara por unos segundos.

- Jun... - oigo su voz al otro lado.

- Nari, por favor dime que estás con Moon. - le ruego ansioso.

- Eh... no. - responde, y siento como si se me viniera el mundo encima. - Estoy en casa, él quedó en la tuya. ¿Por qué?

Respiro agitado. - Porque no está aquí...

- ¿¡Cómo!? - exclama alarmada.

- No está Nari... - y mi voz suena llorosa. - No está aquí, y no se llevó el celular.

- Tranquilo, lo vamos a encontrar. - dice más calma. - Estoy con Shin, ahora salimos y lo buscamos con el auto. No debe estar lejos. Intenta tranquilizarte, ¿si?, porque así no lo vas a encontrar.

Inhalo y exhalo para intentar relajarme. - Si, si... está bien. - digo. - Lo buscaré por aquí en el barrio.

- Bien. Llamame si lo encuentras, y nosotros haremos lo mismo.

Una vez que corto la llamada, bajo y me apresuro a salir de casa.

Comienzo a recorrer las calles en su búsqueda. Aún está lloviznando y es tarde, por lo que no hay movimiento de personas alrededor. Voy a paso rápido, girando mi cabeza en todas las direcciones, para ver una señal de que haya pasado por aquí. El corazón me late acelerado, y tengo un nudo en la garganta, pero eso no impide que pronuncie su nombre con fuerza.

- ¡Moon! - no dejo de repetir, con voz quebrada.

Mis ojos están llorosos y siento una enorme angustia en el pecho. Nunca había experimentado un miedo como el que estoy sintiendo en este momento. Es como si todo este tiempo hubiera tenido en mis manos lo que más he anhelado, y se me estuviera resbalando entre los dedos, como arena.

- ¡Moon! - lo llamo, cada vez más desconsolado, con mis ojos ardiendo.

He sido un imbécil, un idiota. No tendría que haberlo dejado ir. Cometí el error que permitir que se fuera. Debí aferrarme a él.

No puedo perderlo.

Estoy a nada de perder por completo la razón y la poca cordura que me queda, cuando entre la lluvia visualizo algo de color chillón que llama mi atención. Amarillo. Eso es lo que veo. Me detengo y al ver con más detenimiento, me percato de se trata de alguien que lleva un piloto de lluvia, a juego con unas botas. Va con la cabeza gacha, pero cuando la alza apenas, distingo bien su rostro.

Regresa a Mi (Mafia Marshall VII)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora