Años después...
Entro en la cafetería y no tardo en verlo sentado en una mesa. Tiene la mirada gacha y levanta su taza dándole un sorbo. Parece algo nervioso, lo que consigue darme ternura. Cuando sus ojos se posan en los míos, se le forma una sonrisa espontánea, la cual le devuelvo mientras me acerco a él. Me siento en la silla frente a la suya.
- ¿Hace mucho que estás? - le pregunto quitándome el abrigo, porque por más que empezó la primavera, el clima sigue algo fresco.
Menea la cabeza. - Unos 20 minutos. - responde. - Pero no te preocupes, porque yo llegué antes. - hace una pausa. - Es que... estaba algo nervioso... - admite en un leve murmuro.
Sonrío divertido. - ¿Enserio pongo nervioso al gran Astor Marshall? - inquiero luego de pedirle a la mesera un café.
Aunque siendo franco, yo también me encontraba bastante nervioso. Fue por lo que estacione el auto a unas cuadras de aquí, para caminar por unos minutos y darme tiempo a prepararme mentalmente.
Hace dos días atrás Astor me llamó para contarme que estaba de vacaciones en Seúl, que había venido a pasar unos días para ver a Izan y Ryu, y si podíamos vernos para tomar un café.
No era la primera vez que me llamaba para eso, pero si la primera en la que le respondí que sí.
- Siempre has conseguido ponerme nervioso... - habla con voz suave y una sonrisa dulce.
Nos quedamos mirando en silencio por un momento. Y me alegra comprobar que su presencia ya no me genera dolor y ansiedad como antes. Ahora más bien siento nostalgia, por los buenos recuerdos que compartimos. Porque por más que nuestro tiempo juntos fue breve, fue especial para mi.
- Gracias por aceptar verte conmigo. - dice una vez que la mesera se marchó, después de traerme mi café. - Pensé que volverías a rechazarme la invitación.
Lanzo un suspiro. - Las otras veces no me sentía listo para verte. - digo apenado. - No es que no quisiera, sino que... no sé... no sentía que fuera el momento.
- Tranquilo, no lo decía como un reproche. - y noto por su mirada, y el brillo en sus ojos los cuales reflejan ternura que lo dice en verdad. - Es comprensible. Y por más que fue mi idea, no deja de ser difícil también para mi.
- Siendo honesto, me sorprendió que propusieras vernos.
- Es que... - queda callado por un momento, pareciera que algo le genera cierta tristeza. - La última vez que nos vimos no terminamos de la mejor forma. Se que fue una despedida, pero la sentí agridulce. Quería... quería verte una vez más, ya pasado el tiempo y ya habiendo sanado las heridas. Porque sin importar cómo terminó todo, para mi fuiste muy importante, y siempre lo vas a seguir siendo. Así que me... me gustaría que... que le demos otro final a nuestra historia, más allá que no era lo que teníamos planeado... o al menos yo.
Le dedico una sonrisa suave. - A mi también me gustaría eso.
- Entonces... ¿Podemos hablar como dos viejos conocidos? Porque esta tensión me incomoda. Siento como si estuviera en la oficina de la directora de la escuela de Lily.
Se me escapa una carcajada. - Claro. - digo riendo. - ¿Cómo está Lily? - le pregunto. - Por lo que veo te llaman seguido de la dirección.
Menea la cabeza. - Es que me ha salido parlanchina. - menciona con esa expresión alegre y llena de luz que se le pone cada vez que habla de su hija. - Puede hacer hablar hasta las piedras. Es demasiado extrovertida.
- Que va. - comento con una sonrisa. - Todo lo contrario a ti.
- Por suerte. - dice. - Ella no se guarda nada. Exterioriza todo, ya sea con palabras o gestos. - baja la mirada. - Espero que eso la ayude a no cometer los errores de su padre... - murmura.
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Regresa a Mi (Mafia Marshall VII)
Romantizm¿Qué pasará cuando se mezclen el pasado que creía olvidado por completo, y su nuevo presente?