Y luego de un largo viaje en auto, llegamos a destino.
Una de las primeras cosas que hizo mi hermano después de casarse con Izan, fue comprar una casa de verano en un pueblito costero, bien lejos de la ciudad. Cosa de así tener su propio espacio donde pudieran tener intimidad. Y la residencia está alejada de todo, incluso de otras que están en la zona.
Es un buen lugar para pasar unas vacaciones tranquilas. Allí estás rodeado de mar, verde y quietud. Es ideal si quieres por unos días alejarte del caos de Seúl. O de lo que significa ser el jefe de un clan.
Shin detiene al auto, y con Nari se giran hacia nosotros.
- Bajen, nos vemos luego. - dice él.
- ¿Qué? - preguntamos a dúo con Moon, confundidos.
- No nos quedaremos aquí. - informa Nari. - Para nosotros tres hice una reserva en una posada, más cerca del pueblo.
- ¿¡Pero por qué!? - exclamo. - Les dije que Atlas me confirmó que había espacio para todos.
- Es mejor no incomodarlos. Somos extraños. - responde ella. - Además, es mejor si tienes tu espacio con tus hermanos.
- No me hagan esto. - pido hastiado.
- Tranquilo, te dejaremos a Lunita. - sigue Nari. - Y vendremos, estamos a unos 10 minutos caminando.
- Son un maldito fastidio. - me bajo refunfuñando.
Con Moon vamos hacia el maletero y bajamos nuestras valijas.
- Nos acomodaremos en nuestras habitaciones y venimos. - nos dice Shin.
Los tres nos saludan con unas sonrisas divertidas en sus rostros y se marchan. Lanzo un suspiro. Me vuelvo hacia Moon, quien está observando la casa, y no ha dicho nada.
- Estás muy callado. - comento. - Comienzo a preocuparme.
Hace una mueca. - Tengo que admitir que estoy un poco nervioso.
- ¿¡TÚ!? - exclamo sorprendido. - Que hablas frente a millones de personas arriba de un escenario y con un micrófono, que das entrevistas y conferencias de prensa. ¿Tú?
- ¡Estamos hablando de conocer a tú familia! - replica. - Estoy a nada de llamar a Nari y rogarles que regresen por mi.
- ¡Ah no! ¡Ni hablar! - exclamo. Lo agarro del brazo y lo llevo a rastras conmigo. - ¡No me vas a abandonar con los tiburones!
- ¿Cómo no quieres que tenga pánico si te refieres así a tú familia?
Me detengo cuando quedamos frente a la puerta. Ambos quedamos quietos en el lugar. Trago con nerviosismo. Alzo la mano y estoy por tocar el timbre, pero mi dedo queda inmóvil antes de presionar. Giro mi cabeza hacia Moon. Él me mira con atención y comprende lo que le quiero pedir, pero que no salen las palabras de mi boca. Me dedica una sonrisa suave y toca.
El sonido del timbre hace que se me forma un nudo en el estómago.
Esto es ridículo, ¿Qué demonios me sucede?. No es como si deba estar preocupado de que vayan a dispararme. Pero es que ha pasado un largo tiempo desde la última vez que estuvimos juntos.
La puerta se abre de golpe y me recibe un sonriente Atlas.
- ¡Si viniste! - habla con alegría, extendiendo sus brazos.
- Como para no, luego de tu amenaza. - comento. Él ríe y ambos nos fundimos en un fuerte abrazo.
- Estoy tan feliz de que hayas llegado.
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Regresa a Mi (Mafia Marshall VII)
Romance¿Qué pasará cuando se mezclen el pasado que creía olvidado por completo, y su nuevo presente?