Kazuki
¿¡Cómo rayos se pudo meter en un lío como éste!? ¡Ella es una niña buena y no merece vivir por algo así!?
¿Donde mierda está Rei?
Vaya, parece que acabo de invocarlo, porque abre la puerta del departamento cargando una bolsa, seguramente es la cosa que le pedí.
Ojalá fuera así de eficiente cuando se trata de lavar la ropa. Avanzo hasta quedar frente a su perezosa humanidad.
–¿Porqué tardaste tanto? ¡Tengo a una adolescente histérica en el baño y tú vagas por las calles como un muerto viviente!
–Hablaba con la dueña del edificio, debemos pagarle el mes de renta.
–¡Pffff! ¿Qué? ¿Debemos?
Le punteo el pecho con mi dedo anular tres veces.
–TÚ debes pagarle, porque tuviste la brillante idea de gastar el dinero en tonterías, ¡Cómo siempre!
Extiende la mano en donde tiene la bolsa y se la arrebato.
–Miri anhelaba ese kit de peinado, quiere dar una buena impresión para su proyecto de la escuela.
–¡Y vaya manera! ¡Con 300 dolares fuera de la billetera por un cachivache que no volverá a usar!
–¡¡PAPÁ!!
Los gritos de mi hija me hacen olvidar la discusión que tengo con Rei, ambos corremos a la habitación del baño y vemos a nuestra niña rascándose la cabeza con desesperación.
–¡No funciona, el producto no funciona!
–¡No te preocupes, Miri! ¡Tu padre ya me trajo lo que necesitamos para eliminar esa plaga de raíz!
Meto mi mano en la bolsa y saco la llave maestra para extenderla en el aire:¡Gasolina!
Rei alza su ceja con cierta confusión, coloca su mano en mi hombro y me susurra al oído.
–Creí que íbamos a incendiar alguna base de narcotráfico.
Lo empujo hacia el rincón de la habitación y hablo lo más bajo que puedo.
–No vamos a hacer eso... Lo hicimos la semana pasada en la frontera, ¿Recuerdas? Gastamos toda la gasolina de nuestra reserva, por eso te pedí que trajeras más, pero no es para una de tus misiones de piromanía, si no para un remedio que nos ayude con el problema de Miri.
–¿Qué problema?
Extiendo mi mano hacia el lavabo y agarro un peine fino blanco que estaba utilizando hace unos minutos atrás. Cuando Rei lo observa, abre sus ojos con sorpresa.
–Puta madre...Piojos.
Alguna maldita mocosa estúpida contagió a mi hija de piojos y ahora mi bebé debe sufrir las consecuencias de la mala higiene de esa niña.
¡Voy a matarla cuando descubra de quien se trata! ¡Ella y sus piojos serán exterminados!
Hablando de piojos, veo de reojo el montón de pelo de mi esposo.
–Rei, será mejor que uses protección en la cabeza.
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Usando el equipo adecuado, osea guantes de látex y gorros de baño, estoy virtiendo la gasolina sobre el cabello de Miri mientras ella inclina su cabeza en el lavabo.
–¡No puedo creerlo! ¡Tengo gasolina en mi perfecto cabello! ¿Qué soy? ¿Un auto? ¡Aucch!
Uy, estoy jalando demasiado.
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¡HEY, MIRI! [Buddy Daddies]
Fiksi PenggemarAnécdotas cortas donde Miri Unasaka es la protagonista, quien debe vivir la etapa más difícil, cruel, terrible e insoportable de cualquier persona: La pubertad. Historias ficticias Personajes de Buddy Daddies. One-shot