(3. ) F i v e.

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Capítulo 3.- Cinco.


- Cinco

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Ellie.

Para ser muy honesta, no sabía con exactitud cómo me sentía. Y tampoco entendía cómo es que podía seguir estando de pie cuando las piernas no dejaban de temblarme.

Mi sentir, era simplemente imposible de explicar.

Cinco había regresado, él en verdad estaba aquí. Y solo se había limitado en echar un repaso rápido con la mirada a mis hermanos después de contemplarse a sí mismo y, sin nada más que decir, solo giró sobre sus talones y se dispuso a entrar en la mansión a paso firme.

Ni siquiera sé si se percató de mi presencia.

Los chicos se vieron entre ellos y siguieron a Cinco, probablemente en busca de explicaciones de su sorpresiva y tardía aparición. A mí, por otro lado, me costó hacer que mis piernas reaccionaran para ir detrás de ellos, pero lo hice, y mientras los seguía, no pude evitar pellizcarme el dorso de la mano.

<< ¿Y si estaba soñando? >>

Pero no, no estaba soñando. Mis latidos acelerados me lo reafirmaron cuando volví a toparme con Cinco al entrar en casa.

Todos estaban en la cocina, contemplándolo aún en un estado de estupefacción total, mientras seguían cada uno de sus movimientos. Como si les costará creer, al igual que a mí, que esto en verdad estaba pasando.

Mis malditos latidos aún no se regulan, pero mi respiración si empezaba a modularse cuando logré colocarme de pie frente a la mesa entre Allison y Klaus, y me dediqué a hacer lo mismo que el resto de mis hermanos.

Cinco (quien por cierto, lucía un traje completo que le quedaba enorme) sacó la tabla para picar de madera y un cuchillo para untar mantequilla, después se encaminó hacia donde mamá guardaba el pan y lo tomo.

— ¿Qué fecha es hoy? La fecha exacta.- Preguntó firme. Su voz me provocó un escalofrío por toda la espalda.

— 24 - Contesto Vanya.

— ¿De qué?

Por alguna extraña razón nadie más respondió, todos seguían contemplándolo, demasiado ocupados para procesar que lo que sus ojos observaban era completamente real como para responder una simple pregunta. Así que me aclare la garganta y me arme de valor para contestar;

— D-de marzo.

Cinco, que estaba sacando el pan de su empaque, se quedó estático al oírme hablar por primera vez después de tanto tiempo. Casi puedo sentir desde la distancia su cuerpo tensarse, y puedo ver sus dedos tomar la bolsa del pan con más fuerza de la necesaria.

The Beginning of Destruction || Five HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora