Capítulo 15.- Vanya.
Ellie.El ambiente a nuestro alrededor se sentía extraño. Siendo sincera, no podía creer que el apocalipsis se había detenido. Se sentía tan imposible al principio, y resultó ser demasiado fácil a lo que creíamos. No lo sé, aún tenía mis dudas, porque, ¿qué fue lo que realmente hicimos para detener el apocalipsis? ¿La persona que mató a Harold Jenkins, lo hizo por las mismas razones que nosotros teníamos para acabar con su vida? ¿Dónde estaba Vanya? Y, sobre todo, ¿estará bien?
Aún quedaban bastante incógnitas por resolver.
Pero por el momento, después de pasar un momento con Cinco, visite a Allison en la enfermería. Por suerte ella estaba despierta, y pude disculparme con ella por no haberla acompañado al domicilio de Harold.
A pesar de que ella no podía hablar por el momento, me escribió en su libreta, que no era mi culpa y que no tenía por qué disculparme. Sin embargo, lo volví hacer, sin poder contener mis ganas de llorar. Nos abrazamos, y eso me hizo sentir mucho mejor, el saber que no estaba molesta conmigo.
Estuve un par de minutos con ella, antes de que mamá entrara para decirme que Allison tenía que seguir descansando. Me despedí de ella, dejándole un beso en la frente, y salí de ahí, en busca de Cinco.
Aunque, no tuve que buscarlo demasiado, ya que justamente venía bajando las escaleras con su mochila sobre los hombros.
— Ey, ahí estás. Me gustaría que me acompañaras a un lugar.- Termino de bajar las escaleras y tomo mi mano.
— Sí, claro. ¿A dónde vamos?- Pregunté cuando caminábamos hacia la entrada.
— A la tienda de los Hermanos Gimbel.
(...)
Tiempo después, Cinco y yo llegamos a la gran tienda. No me había atrevido a preguntarle acerca de por qué estábamos aquí, pues, tenía un presentimiento sobre ello. Así que, dando un ligero apretón en su mano como muestra de apoyo. Cinco soltó un suspiro, y volteo a verme, intentó formar una sonrisa, pero resultó más una mueca, y sin más, entramos a la gran sucursal.
Caminamos, entre anaqueles, ropa, y más ropa. Hasta que Cinco nos dirigió, a donde estaban unos maniquís, sobre bases de madera en la sección de mujeres. Solté su mano con intención de alejarme para darle espacio, pero él me detuvo.
— No, quédate, por favor.
Asentí y le regalándole una ligera sonrisa.
Cinco se desengancha la mochila de los hombros, y la coloca en el suelo. Se toma su tiempo, antes de abrir la maleta y sacar a su gran amiga de ahí. Con cuidado, la coloca en una de las bases de madera disponibles.
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The Beginning of Destruction || Five Hargreeves
FanfictionEn la duodécima hora del primer día de octubre de 1989, 43 mujeres de todo el mundo dieron a luz. Lo raro de esto es que ninguna de ellas había estado embarazada cuando comenzó el día. Sir Reginald Hargreeves, un excéntrico multimillonario y aventur...