Capítulo 8.- Cinco borracho.
Ellie.— Es aquí. Es la furgoneta de Cinco.- Señalo el automóvil estacionado al otro lado de la calle. El auto no había sido movido en lo más mínimo desde ayer, y parecía estar totalmente vacío.
Junto a Diego y Luther, me encamino más hacia al auto, para confirmar que efectivamente no hay nadie adentro. A mi lado, Diego se apresura a abrir la puerta del copiloto con ayuda de uno de sus cuchillos. Rápidamente, después de eso, los dos chicos intentan adentrarse a la camioneta al mismo tiempo, chocando sus cuerpos e impidiendo su objetivo.
Ruedo los ojos cuando chocan por segunda vez.
— Soy el Uno.- Se señala Luther a sí mismo como argumento válido de superioridad y se dispone a intentar entrar en el auto, presentando bastantes dificultades por su complexión tosca.
Diego lo mira con fastidio, y recorre la puerta de atrás, dándome el pase primero a mí. Una vez nos encontramos los tres dentro de la camioneta, empezamos a buscar algo que nos sirva para dar con el paradero de Cinco.
Por mi parte, reconocí instantáneamente la maleta de Cinco, así que, sin perder tiempo, la abro y lo primero que noto, es que Delores no estaba ahí, y mucho menos en la furgoneta. Seguí buscando entre sus cosas y hallé el libro de Vanya. Al abrirlo, me encontré con un sin fin de ecuaciones, miles y miles de ecuaciones físicas estaban anotadas con pluma por los bordes, y en las partes que no se encontraban los relatos de Vanya sobre nuestras vidas.
Sentí a Diego acercarse y mirar sobre mi hombro lo que contemplaba en mis manos, y este soltó un silbido largo.
— Cinco es un maldito loco.
— No lo es, es un genio a diferencia de ti, hermanito.- Me burlé de Diego y él solo me fulminó con la mirada. Abrí el libro en esa primera hoja donde se ponía nuevamente el título del libro y se lo mostré a los chicos. — Ya sé dónde está Cinco.- Señale donde se encontraba el sello de la biblioteca pública de la ciudad.
— ¿La biblioteca? ¿Estás segura?
— ¿Por qué estaría en la biblioteca?- Me preguntaron los dos con expresión confusa y un tanto incrédula.
— Porque... ¿Es Cinco? No lo sé, solo sé que está ahí.
Mis hermanos se miraron entre ellos dudando un poco, pero no espere a que se decidieran, salí del auto, con el libro en la mano, y ellos me siguieron después.
— Bueno, tú eres la que mejor entiende a ese amargado, vamos a la biblioteca.
(...)
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The Beginning of Destruction || Five Hargreeves
FanfictionEn la duodécima hora del primer día de octubre de 1989, 43 mujeres de todo el mundo dieron a luz. Lo raro de esto es que ninguna de ellas había estado embarazada cuando comenzó el día. Sir Reginald Hargreeves, un excéntrico multimillonario y aventur...