Capítulo 11.- La Comisión.
Ellie.En cuanto Cinco y esa mujer desaparecieron, el escándalo continuó. Las balas impactando en el auto se escucharon a un lado de Número Uno, este al ver que nuestros contrincantes estaban de hecho, desarmados decidió bajar los brazos. El camión de helados, donde iban el resto de mis dos tarados hermanos, se impactó directamente contra el de Hazel y Cha-Cha.
<<Genial, porque necesitamos más de su odio.>>
— ¿Cinco?- Escuché a Luther llamarlo. — ¡Cinco! Ellie, ¿dónde está Cinco?
— Es una larga historia, ahora hay que salir de aquí.- Le respondí, mientras observaba como los dos ahora, compañeros de Cinco, se levantaban viéndonos fijamente bastante molestos. — Luther, lanza el maletín lo más lejos que puedas.
Número Uno alza el brazo donde sostiene el maletín, mostrándolo a los dos sujetos frente a nosotros.
— Vengan por él.- Dice antes de lanzarlo a nuestra derecha con mucha fuerza.
En cuanto veo que los dos sujetos se separan, corro en dirección al par de tontos, con Luther detrás de mí. Klaus es el primero en salir del camión completamente mareado, pero aun así trata de ayudar a bajar a Diego.
Luther y yo nos ponemos a sus lados para ayudarlos a avanzar más deprisa hacia el auto.
— ¿Qué demonios hacen aquí?- Pregunta Klaus mientras corremos. Pero no contestamos. Me separo de ellos cuando vamos a llegar al auto, para rápidamente subirme al asiento del piloto y encender el auto.
— ¿Saben dónde está, Cinco?
— Creo que Ellie sabe.- Contesta mi hermano más grande.
— Eso no me sorprende.
— ¡Dejen de parlotear y suban al maldito auto!- Les grito cuando me encuentro tras el volante.
— ¡Hasta se le está pegando el genio! Dios, son tal para cual.- Vuelve a hablar Klaus mientras él y Diego se acomodan en los asientos traseros, y Luther se aproxima a adentrarse al asiento del copiloto.
— ¡Dale, Ellie! ¡Dale! - Piso fuertemente el acelerador para marcharnos de una vez por todas, cuando veo por el espejo retrovisor que Cha-Cha está a punto de abrir el maletín y Klaus le muestra el dedo de en medio a Hazel.
— ¡Yuju!
— ¡Carajo! ¡Eso fue increíble!
(...)
ESTÁS LEYENDO
The Beginning of Destruction || Five Hargreeves
FanfictionEn la duodécima hora del primer día de octubre de 1989, 43 mujeres de todo el mundo dieron a luz. Lo raro de esto es que ninguna de ellas había estado embarazada cuando comenzó el día. Sir Reginald Hargreeves, un excéntrico multimillonario y aventur...