(04. ) T h e E y e.

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Capítulo 4.- El ojo.


Omnisciente

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Omnisciente.

Cinco no iba a permitirse perder tiempo. No si quería seguir respirando. No si quería tiempo para arreglar las cosas con su chica y recompensar todo ese tiempo perdido entre ellos. Tenía que actuar y encontrar una solución a aquel inmenso problema que venía persiguiéndolo desde hace casi 45 años.

Debía detener el apocalipsis a como dé lugar.

Por eso, muy temprano por la mañana del día siguiente, ya estaba en aquella clínica donde pretendía obtener la respuesta o al menos una pista sobre el responsable de aquel próximo desastre.

Ellie le había dicho que iría con él a conseguir esa información. Sin embargo, Cinco no quiso despertarla tan temprano. Ayer había interrumpido su sueño, y él recordaba que ella siempre fue muy mala para desvelarse. Así que, teniendo en mente que ella podría estar cansada, prefirió dejarla dormir. De todas formas, si todo marchaba como esperaba, aquello no duraría más que un par de minutos.

Luego de eso procedería a matar al maldito bastardo responsable.

Estaba parado en el recibidor de la clínica esperando a que el médico encargado lo atendiera, mientras echaba un vistazo al extremadamente blanco y cristalino lugar, cuando, unos minutos después, este apareció.

— ¿Te ayudo?

Cinco volteó a verlo sin ningún tipo de expresión en su rostro y rápidamente contestó mientras se encaminaba a su dirección;

— Quiero saber de quién es esto.- Mostró el ojo que lo estuvo acompañando casi toda su vida.

— ¿De dónde lo sacaste?

— Qué te importa.

Ante su respuesta tan borde, el doctor lo miró con el ceño fruncido. Cinco se recordó, que, si quería obtener respuestas, tendría que ser un poco más... amable.

— Lo encontré. En un parque, de hecho. Supongo que...- Chasqueó su lengua. — ... Debió salirse.- Terminó su relato con una sonrisa fingida que, esperaba, acelerará todo ese tedioso proceso. — Quiero devolverlo a su dueño.

— Oh, eres muy amable.- Comentó la recepcionista que estaba al pendiente de toda la conversación.

— Sí. Busca el nombre, ¿quieres?- Sonrió nuevamente de forma extraña. Y la chica lo miró confundida ante aquella contestación tan rápida.

       El médico contempló unos instantes al de apariencia joven antes de negar con la cabeza manteniendo una expresión de compasión antes de proceder a intentar explicar como si lo hiciera con un niño pequeño;

The Beginning of Destruction || Five HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora