Hágase su voluntad así en la tierra como en el cielo

30 8 0
                                    

Al correr, el viento le despeinaba el flequillo, a veces se detenía para acomodar los mechones fuera de lugar, su cabello era un completo desastre e iba en contra de toda normativa, pero él siempre tenía una excusa al momento de justificar el largor innecesario de este.

Había algo en Jeonghan, que le hacía querer olvidar, al menos un instante, el bien y el mal.

Tal vez era la forma en que se movía, tenía demasiada confianza en sí mismo y cada acción venía acompañada de una sutileza poco forzada, que le daba una apariencia delicada, como un ángel o deidad al que se le debe admirar en secreto.

Pero en realidad, el distaba de ser perfecto, y al convivir se puede percibir su terrible temperamento, se ofende por cualquier cosa y pone el orgullo sobre los sentimientos. Un perfil bastante hetero, teniendo en cuenta su obsesión por el deporte.

No cabía la posibilidad, de que ambos hubieran conectado.

Que existiera una química entre ellos.

Ya había demostrado con hechos, su gusto culposo por un par de pechos.

¿Le gustaba?¿Por eso frecuenta sus pensamientos?, No, no podía ser eso.

Él era un hombre.

Ocupado en acumular detalles innecesarios, ignoró el hecho de que estaba cumpliendo un castigo.

—¿Podrías dejar de mirarme? —inquieto por la atención, Jeonghan cuestionó al jugar con la tierra, arreglar el huerto no era su problema, sino tener cerca a, Cheol, otra vez.

—Creo que necesitamos hablar.

—No, yo no.

—En la biblioteca, cortaste la palma de tu mano y no sé qué significa eso —Seungcheol se inclinó un poco sobre su hombro, para mantener cierto nivel de privacidad—, ¿Hiciste un trato con Kim Mingyu? —la pregunta llenó de nervios al contrario, quien no desaprovechó la oportunidad de marcar un límite al empujarlo de regreso a su lugar—. Auch, eso dolió —fingió estar herido al acomodarse el cabestrillo de tela, que limitaba el movimiento de su brazo.

Jeonghan podría actuar indiferente ante todos, pero en sus ojos era fácil reconocer preocupación, pues parecían no tener rumbo fijo, iban y venían, ansiosos de encontrar un buen motivo para llorar y exponer su debilidad.

—Ese cura nunca tuvo la intención de robar tu cuerpo, de hecho sospecho que no es el malo de este cuento —expuso sus dudas con respecto a los recientes eventos—. Al menos, te puedo asegurar que no morirás poseído.

—¿Y cómo tienes la certeza?

—Bueno si hubieras estado ahí cuando Hana enloqueció, sabrías que Jeon Wonwoo aparte de ser un católico cuestionable era el mejor amigo de nuestro sujeto, el cual murió en circunstancias extrañas.

—¿Hana? —Cheol no disimulo bien su interés— ¿Qué hizo ella?

—Oye, te estoy hablando de un demonio con un raro fetiche por poseer gente religiosa. Hana no es lo menos relevante aquí —se apresuró a desviar el tema de conversación—. La cosa es, que Kim Mingyu no se resistió, es probable que acabara aceptando una fusión, de otra forma su alma no estaría vagando por ahí. Luego de una posesión, si la persona muere, su alma se exonera de culpa, pues en teoría no está consciente al momento de cometer la voluntad del demonio, igual que sucedió contigo, pero en este caso, Mingyu nos empujó a sacar al demonio de su tumba ¿Por qué?

—Si lo exorcizamos, él también será libre.

—¡Exacto! —con alegría felicito su excelente razonamiento—, quiere que lo ayudemos a descansar en paz. Aunque sea en el infierno.

Informática 1983 [JeongCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora