En la capilla, con la mirada perdida, la hermana Yoon cumplió con el primer pendiente de su lista.
Hincó las rodillas sobre el tablón acolchado y juntó las manos, para elevar una plegaria.
Escogió el lugar más cercano al altar, bajo la sombra de la cruz se sentía a salvo.
Aunque fuese el punto exacto, en el que aquella entidad estuvo a nada de provocarle un infarto.
Pidió por Jeonghan, la culpa no la dejaba en paz.
Cuando escuchó el rumor, de lo sucedido en la cocina, fue inevitable pensar en él.
No lo hizo de mala fe, pues, conocía los límites de su hermano, pero al incluir a SeungCheol en la ecuación, el resultado era un desastre.
Le preguntaron, claro que lo hicieron, la abadesa la tenía en periodo de prueba, decía que para entregarse al señor y servir de corazón, era necesario olvidar el pasado; ser leal a la iglesia, velar por los mismos intereses. No perder el tiempo en personas con hábitos mundanos.
Para ellos, Jeonghan era un obstáculo, que le impedía alcanzar la santidad.
Tenían razón.
Por él era capaz de cualquier cosa.
A veces, al verlo, sentía envidia.
Sonreía de forma genuina, a pesar de que el mundo fuese una porquería.
A veces, solo a veces, pensaba que debían compartir la miseria.
No era correcto, lo sabía, pero aun así le era difícil cambiar aquel sentir.
Al menos tenía control sobre él.
Sin embargo, no duraría mucho, al graduarse se marcharía, si no es que antes encontraba la manera de escapar. Su amistad con SeungCheol le hizo romper de a poco la dependencia.
Era cuestión de tiempo, para estar sola de nuevo.
Lo amaba, con locura y daría su vida por él o...se la quitaría.
Cualquier opción le convenía.
La familia debe permanecer unida.
¡Válgame Dios!, Fue a rezar y terminó con ideas raras en la cabeza. Cómo si alguien más estuviera manipulando su conciencia, se apresuró para continuar con el resto de tareas.
Estaba marcando con sumo respeto la señal de la cruz, cuando una mano se deslizó por su espalda a modo de caricia. Al principio se negó a voltear, temía que volviese a pasar, así que se quedó en silencio, permitiendo el atrevimiento en lo que asimilaba la situación, con tal de no recibir una lección, pero el tacto dejo de ser dulce y dio cabida al miedo. Se levantó murmurando disculpas sin razón.
—Hermana Yoon, que bueno encontrarla por aquí, hay un asunto de gran interés, que nos concierne a los dos —dijo el reverendo Choi con suavidad, invitandola a sentarse a su lado tras palmear la banca—. Verá, la abadesa acudió a mi, preocupada por un retraso un tanto alarmante.
—Debe ser un error —respondió pretendiendo no darle importancia a la noticia—. Le sorprendería lo usual que es.
—Eso mismo pensé—comprensivo le dedicó una sonrisa—, pero estamos hablando de dos meses seguidos ¿No le resulta extraño?
—Para nada.
—¿Es posible que esté embarazada?, Lamento incomodar con la pregunta. No es propio de mi, inmiscuir en la intimidad de otros, pero como sabrá, usted hizo unos votos al entrar, los cuales incluían renunciar a los placeres carnales.
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Informática 1983 [JeongCheol]
Fanfic1983, un año prometedor para el internado. Excelente formación. Sin margen de error. Bueno, Jeonghan tal vez sea la excepción. Mejor hablemos de SeungCheol, estudiante estrella, modelo a seguir de muchos, admirado por su devoción, con planes de entr...