Redención ⚖️ (Completa)

CAPÍTULO 18 🖤

Totalmente alterada, se encontraba tomando una tila en el sillón de la sala.
Cristina no había podido sacarle palabra alguna desde que la vio del otro lado de la puerta, nerviosa, luego de que Casimira le contara de su desaparición.

Le resultó extraño verla allí, justamente en la casa del que había sido su amante y en esas condiciones.

Consuelo bebía la caliente infusion en total silencio y a Federico se le estaba acabando la paciencia. Una explicación había a su decisión de ir hasta allí en plena noche.

Decidió dejarlas a solas y Cristina agradeció el gesto.
Pero cuando se alejaba, ella se acercó refiriéndose a él de una manera que hizo que la mujer se ahogara con la bebida.

C: Mi amor.

Volteó sorprendido.

C: Sea lo que fuere, no podría dejarla sola esta noche.

F: Entiendo...luego las llevaré al Platanal.

C: Ah, me preguntaba en realidad...si te molestaría que se quedara aquí con nosotros. Pero entenderé si no lo aceptas.

F: No, digo si, puede quedarse aquí. Dile a Casimira que prepare una de las habitaciones. Quiero que hoy te quedes conmigo.
Tocó su mejilla y ella sonrió.

C: Gracias.
Acercó su rostro y lo besó.

F: Estaré en mi cuarto. Si Severiano llegase a venir a buscarla por favor me avisas antes.

C: Si, no te preocupes. Luego subiré.

Regresó a dónde estaba su madre y se sentó a su lado.

C: ¿Y bien? ¿Dirás algo?

Co: Están juntos ...al final tu padre tenía razón. Te enredaste con un Rivero.

C: No quiero faltarte el respeto mamá pero creo que eres la menos indicada en juzgarme.

Consuelo se quedó en silencio

C: ¿Por qué estás aquí?

La mujer respiro hondo y apoyo la taza sobre la pequeña mesa que había en frente.

Co: No fui una buena esposa. Y ahora, mírame...estoy pagando las consecuencias de haber engañado a tu padre.

C: Lo que haya sucedido...nadie merece morir.

Co: No, claro que no.

C: Tú no lo mataste...¿verdad?

Co: No.
Fue Severiano

C: Dios mio...

Tuvo que levantarse de inmediato y caminó unos pasos. Como si el movimiento le permitiría procesar aquellas palabras.

Co: Pero fue mi culpa.

C: No mamá. No puedes culparte por algo que hizo él...por celos o por lo que fuere.

Co: Si si, fue mi culpa y necesito hablar o me volveré loca.

Cristina volvió a sentarse.

C: ¿Cómo pasó??

Co: Yo fui quien compro el veneno, yo planee matarlo Cristina ¿entiendes eso? Pero me arrepenti a mitad de camino.
No soy una asesina, cuando regrese y dejé el veneno en uno de los estantes, Severiano lo vio. Nunca pensé que lo tomaria de allí y viniera hasta Ojo de Agua. Tampoco sé cómo es posible que nadie haya podido verlo entrar.

C: El lo mato e inculparon a Federico.

Co: La policía está detrás de todo también. Al parecer descubrieron las huellas en el frasco y Severiano compro su silencio. Cada semana iban a la casa a cobrarle. Ellos seguramente le plantaron la prueba en la camioneta a Federico.