Capítulo 17

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Mientras Anastasia contemplaba la frialdad de los claros ojos de  Mr Grey, pensó en los puntos débiles que había en el plan de Leila. Ésta había resuelto acudir a Londres y hablar con mister Grey a fin de romper aquel compromiso y ilegítimo.  Era una locura,  porque mister Grey haría lo que quisiera,  es decir,  tomar por esposa a la duquesa. <<< Pobre Laila--- pensó---, verse obligada a casarse con él por un pretexto tan sutil como una apuesta.>>>
   ¡ Y  pobre Anastasia,  que debía limitarse a contemplar y desaparecer del escenario a su debido tiempo!
---- Haré lo que yo quiera --- le advirtió míster Grey.
  Anastasia se frotó las manos.  Él la quería ella...¿ Le sería fácil transferir sus sentimientos a Leila? Quizá si le hablaba bien de él... Pero seguramente no. Todos sus planes se verían afectados . Sólo Dios sabía qué habría de pasar a partir de entonces.
---¡Aqui, aquí estoy!  Lady Gertrude la rozó con su mano, abriéndose paso entre la multitud.  Miró ambos----.  Creo que he  interrumpido algo entre ustedes. ¿ Debo marcharme de nuevo?
---- No,  no ha interrumpido nada.  Estamos a punto de ser anunciados-- dijo mister Grey y,  acto seguido,  dio los nombres al heraldo.
--- No te imaginas los chismes que me han contado -- dijo Lady Gertrude a su supuesta sobrina, haciéndole guiños y gestos con la cabeza. Después, con un suspiro teatral, agregó ----: Más tarde, cuando estemos a solas.
----Si, señora, más tarde -- repuso Anastasia con la boca seca: ahora sí sentía como si la hubiesen esquilado.
Al mismo tiempo oía la voz del heraldo, que decía: <<Si, mister Grey, se quién es usted>>Volviéndose, el criado se encaró al bullicio del salón.
---- ¡Su Excelencia la marquesa de Sherbourne y futura duquesa de Magnus!
  La multitud de cabeza se volvió al unisono.
----¡ Lady Gertrude, condesa de Glasser!-- prosiguió el heraldo.
Las conversaciones se fueron apagando.
---- Mister Christian Grey!--- concluyó el sirviente.
Mientras los tres bajaban por la escalera, el silencio se hacía cada vez mayor, más intenso. A lo largo de su tranquila existencia, Anastasia nunca había tenido a su alrededor tanta gente pendiente de ella .
Pero había algo peor aún: reconoció a varias personas entre los asistentes. ¿La reconocerían a ella? ¿Hasta cuándo debía seguir con aquel engaño?
    Sin mostrarse afectada por las circunstancias, lady Gertrude continuaba charlando.
---- Estamos haciendo una magnífica entrada y, tal como me lo esperaba, ante una multitud. ¿ No es maravilloso?
    No, no lo era..Era horrible, pensó Anastasia, aferrada al brazo de mister Grey..Así hubo de bajar , escalón por escalón. ¡ Y todos aquellos ojos ...fijos en ella¡  Sus pies le parecían demasiado anchos para ser capaces de afianzarse con éxito en los escalones.  Seguramente tropezaría y caería de bruces . Si , se caería,  y para no dejar que advirtiesen el fraude  recurriría al repertorio de sonrisas características de Madeline.
   Al final, los  tres acabaron pisando el brillante suelo de mármol blanco y negro. Las miradas se fueron apartando y las conversaciones se reanudaron poco a poco.
    Lord y lady Picard estaba de pie recibiendo a sus invitados; la dama era una anfitriona consumada; el señor, un tonto de remate.
    Anastasia los había conocido durante la presentación en sociedad de Leila, cuatro años atrás, pero lady Picard no había prestado demasiada atención a la compañera de Leila, a quien, en cambio, lord Picard le dirigió una mirada bastante insistente. Siempre miraba con detenimiento a toda mujer joven que se le ponía delante, aunque no precisamente su cara.
   Anastasia estaba segura de que él no la reconocería. Pero ¿ acaso sería alguien capaz de reconocer a una persona que no era quien decía ser?
    Anastasia se preparó para lo peor; sin embargo, lady Picard la observó y no manifestó el menor signo de reconocerla.
  --- Milady, estamos  encantados de que asista a nuestro baile por primera vez desde que ha vuelto a Inglaterra. En cuanto a usteded, distinguido mister Grey, espero que haya venido para quedarse durante toda la fiesta -- dijo, pestañeando.
---- No me la perdería por nada del mundo-- contestó mister Grey, e hizo una reverencia a la dama.
--- No , claro que no. Es el primer baile con su prometida.--- Lady Picard había dicho estás palabras casi burlándose de Anastasia, según todas las apariencias, no había hablado nada en ella que fuera ajeno a la duquesa. Anastasia había  salvado su primer obstáculo ---. Ha  sido una sorpresa que vuestro prometido os acompañe, ¿ no es verdad, Excelencia?
    Aquella afirmación molestó a Anastasia.
----En lo profundo de su corazón, su Excelencia el duque de Magnus siempre vela por los intereses de su hija.
   Más que una respuesta era un reproche. Lady Picard se disculpó con una sonrisa forzada.
  ----¡Lady Glasser! Estamos encantados de verla. ¿ Sois la invitada de vuestra sobrina?
---- Y su carabina -- respondió la anciana dama con firmeza ----. Estoy cerca de ella día y noche. No la dejo sola ni un minuto.
--- Es una idea excelente.  Mister Grey es un hombre  en exceso  peligroso--- repuso lady Picard, comiéndose al americano con la mirada.
---¿Cómo podéis decir eso? ¡ Pero si soy un corderillo ----se disculpó mister Grey.
    Anastasia ni siquiera fue capaz de sonreír. ¡ Un corderillo! ¡ Qué absurdo!  Era un lobo a punto de mostrar sus colmillos y sus garras,  con todo lo que además implicaba su naturaleza grosera . De hecho si alguno de los presentes hubiera sabido que Anastasia vivía en su casa,  cualquier disculpa de lady Gertrude habría resultado inaceptable y ella habría acabado arruinada.  Orientara sus pensamientos hacia dónde los  orientase ,   se topaba siempre con dificultades . Aunque,  bien mirado,  sólo existía una dificultad : mister Grey.
    Peor aún,  cuando lo miraba ya no percibía a un americano advenedizo. No importaba  que la hubiera amenazado, espiado y  coaccionado. Aquella noche estaba verdaderamente deslumbrante. Vestía unos calzones formales hasta la rodillas y una chaqueta negra a la moda, como tantos otros invitados, sólo que ellos no sabían lucir aquellas prendas tan bien.
Su corbata blanca como la nieve formaba un  nudo intrincado..Su  camisa deseda dejaba entrever un dibujo de flores de lis doradas sobre fondo azul, mientras que sus zapatos eran sencillos y oscuros. Mister Grey no necesitaba tacones; su talla sobrepasaba la de todos los presentes. A los ojos de Anastasia era un ejemplar perfecto de hombre, y mirando a su alrededor comprendió que no era la única que lo pensaba. En la figura de míster Grey se posaban  cantidad de miradas coquetas o lascivas.
----¿ Cómo encontró Europa, su Excelencia?-- preguntó lady Picard.
--- Un verdadero drama-- fue la respuesta de Anastasia.
----¡Ese horrible Napoleón!-- lady Picard irguió la cabeza,  y su nariz apuntó desafiante hacia arriba---. Más adelante organizaré una velada sólo para nosotras, las mujeres, así podrá contarnos sus aventuras.
---- Sería muy agradable -- dijo Anastasia, si bien deseó no estar presente ya para la ocasión.
   Haciendo gestos hacia la escalera que se encontraba a sus espaldas , mister Grey habló con inflexión interrogativa.
----Al parecer , el Regente llega bastante tarde a vuestra fiesta , muchos invitados ya deben de haberse ido cuando él se presenta.
----¡ Oh, querido!-- murmuró lady Gertrude.
La respiración de Anastasia se detuvo, rogó para que lady Picard sólo estuviera haciendo ademanes de escucharlo. Sin embargo, la dama frunció el ceño, confusa.
----¿ Qué quiere decir con eso?-- preguntó.
Lady Picard sonrió con indulgencia.
---- Oh, no, mister Grey. Lamento su confusión. Lo adecuado es que nadie abandone la fiesta antes que el Príncipe. Pero ninguna regla prohíbe llegar después de él.
----¡ Vaya!, una vez más se ha puesto en evidencia mi ignorancia americana--- Se lamentó Christian, al tiempo que lanzaba de soslayo una mirada fulminante a Anastasia.
  --- Hay muchas reglas ---continuó lady Picard , quién, conservando  una mano entre las suyas,  hizo gala de una presunción que ponía claramente en evidencia lo querida que era por la sociedad ---, y las conoce a usted muy bien.
   Míster Grey sonrió, mostrando su dentadura perfecta.
---- Tengo una memoria portentosa-- dijo--. Lo recuerdo todo.---<<Especialmente,  los engaños de la duquesa>>, pensó.
   Detrás del americano las personas que aguardaban para saludar a los anfitriones tosian y se mostraban inquietas.
Lady Picard  decidió que ya  había hecho bastante teatro con ellos y les habló con toda la intención de que se retiraran.
---- Es un placer tenerlos con nosotros esta noche.  La cena servirá a medianoche . ¡ Por favor,  bailen y diviértanse !--exclamó,   y dio un codazo a su marido .
    Este  abandonó la contemplación del busto de Anastasia.
---¿Eh? ¿Qué? Oh, si, mi mujer me decía está tarde que si la famosa lady Sherbourne y ese afortunado bastardo de mister Grey no asistían,  el baile fracasaría por completo y ella se ahorcaría.
---- No habríamos permitido semejante pérdida para la sociedad inglesa-- contestó Christian.
   Lady Picard se inclinó. Lord Picard se quedó asintiendo con la cabeza. ¿ Era posible que ninguno de los dos hubiera advertido el sarcasmo en la voz de Christian?
---- Gracias por vuestra  invitación -- intervino Anastasia con voz amable ---. No habríamos querido perdernos el evento más destacado de la temporada.---- Acto seguido, fue retirándo con  extrema suavidad a Christian.
   El gentío estaba esperando para  abalanzarse sobre ellos, pero Christian miró a todos aireadamente, y , al menos por el momento, retrocedieron.
---- Lady Gertrude, puede ir a reunirse con sus amigos; le garantizo el mejor de los  chismorreos---dijo Mister Grey, pero  lady Gertrude lo miró no demasiado convencida.
----¡Pero si acabo de decir a lady Picard que jamás abandono a Leila!
---- Yo cuidaré de mi prometida el resto de la velada. No  puedo estropearle este baile.
  ¡ Si ella supiera!
---- Váyase, tia--- dijo Anastasia a la anciana, que la miraba sorprendida---. No sé preocupe por mi. Estaré bien.
   Christian esperó a quedarse a solas con Anastasia para comenzar a hablarle en un tono frío y colérico.
   Lord Picard no tiene derecho a fisgonear dónde no debe. Espero que en el futuro me dejaréis controlar estás situaciones.
---- Hemos hecho una entrada, sir, con todas las garantías para llamar la atención. Fue obra suya. No puede quejarse de lo que usted mismo ha tramado.--- Se dijo a si misma que la voz  de la lógica y el sentido común iba a encolorizar aún más al hombre ----. En cuanto a Lord Picard, suele estar achispado. Estará roncando antes de mediodía noche. Y, dicho esto, inspiró profundamente y se enfrentó a la muchedumbre.
    Espero, Christian la cogió de una  mano y la obligó a mirarlo a la cara. Con extremo cuidado, le repitió lo que ella le había dicho al salir de casa.
----¿De modo que no nos está permitido llegar antes que el Príncipe?
    Sí no hubiera estado tan nerviosa, tan pendiente de sus observadores,  Anastasia habría festejado aquella pequeña victoria.
---- Estuve mucho tiempo fuera de Inglaterra.
---¿ Tanto para olvidar una norma tan básica?
---- No , tanto para olvidar que alguien pueda suponer que digo la verdad.
   La expresión de Christian fue tal que Anastasia deseó más que nunca que Leila ocupará al fin su lugar. Obviamente, todavía no era posible. Era una impostora que sería desenmascarada esa misma noche, en brazos del hombre más carismático que jamás había conocido. Y ese hombre iba a casarse con su prima. Desde esa noche, Anastasia la odiaria.

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