El comedor era el perfecto ejemplo de la ostentación , con su larga mesa pulida, su salero chino de color verde grisáceo y cuadros majestuosamente enmarcados en todas las paredes. A Anastasia le habria disgustado comer en aquella estancia llena de ecos, pero también habria disfrutado en ella del secreto placer de reirse de las actitudes de mister Grey.
Por desgracia, él, lady Gertrude y Anastasia comian en una pequeña antesala. A la mesa redonda de ésta podian sentarse sin estrecheces y, a la vez, a una didtancia cómoda los unos de los otros. La lustrosa madera reflejaba el cálido reflrjo de las velas, los pesados cortinajes atajaban cualquier corriente de aire y, lo que era aún más importante, la habitación se hallaba cerca de la escalera que conducia a la cocina, de modo que la comida les llegaba bien calientes.
La vajilla de plata tintineaba y el silencio cobraba un caracter amenazador cuando lady Gertrude hizo un valeroso intento por romperlo.
---¿ Cuáles son sus planes para mañana, mister Grey?--preguntó la dama.
----Mañana debo ir al banco a hacer una transacciones--movió la cabeza hacia Anastasia----. Os pido perdón, pero desde que llegué de Estados Unidos, esos negocios son a veces inevitables.
----Me parece muy bien--murmuró Anastasia----. No me preocupa.
----Muy gentil de vuestro parte--dijo Christian, pero sus educadas palabras escondian un reniego.
Mister Grey dominaba el espacio a causa de su corpulencia y, más aún, de su presencia.
----Mañana por la noche--continuó---, estamos invitados a un baile en la casa de lord y lady Picard. Tengo entendido que es el más importante de la temporada.
----Si que lo es, mister Grey--dijo lady Gertrude batiendo palmas----. Estoy impaciente. Hace años que no asisto a él.
----Me alegra complacerla---dijo mister Grey, moviendo esta vez la cabeza en dirección a lady Gertrude y esperando oir a Anastasia deshaciendose en elogios para con su persona.
Sin embargo, la joven no habria podido hacerlo, pues estaba descontenta; más aún, consternada. ¿ El baile más importante de la temporada y ella debia asistir como condesa? Intentó cubrirse la cara con las manos. Aunque nadie descubriese que era una impostora, todos estarian pendiente de ella. Pasaria la tarde asustada y temblando.
Cómo le sucedía en ese preciso momento. No podía llevarse La cuchara la boca por temor a mancharse con la sopa de rabo de buey.
Debía encontrar un modo de abandonar la casa. Debía escapar.
El silencio se hizo más tenso mientras el criado retiraba la sopa y servía el pescado.
----Mister Grey---dijo lady Gertrude---, tiene un cocinero excelente. He perdido la cuenta de cuántos manjares he desgustado en esta semana.---Se volvió hacia Anastasia con una expresión que exigia respuesta----.¿ Te agrada a ti, querida?--preguntó a la joven.
----Si, especialmente la...la sopa--respondió Anastasia con aire distraido, pues, de momento, habia sido el único plato que habia probado. <<Piensa en algo que decir. Cualquier cosa. El tiempo, por ejemplo>>, se dijo---.¿Debemos suponer que esta niebla durará hasta la mañana?---exclamó. <<No, no, tampoco es eso.>>
----Estamos en Londres, de modo que asi lo creo--repuso mister Grey-----. Si eso fuese Boston apostaria que está por caer una tormenta de las grandes. Sin embargo, es posible que mis sentidos estén un poco desorientado en esta nueva tierra.
Anastasia dirigió una mirada furtiva a los duros y bellos rasgos del caballero. A pesar de cuánto le desagradaba su presunción y arrogancia, opinaba que ella estaba hecha para él. Seguramente habría reparado en él si la hubiera cortejado, e incluso se habría estremecido bajo la caricia de sus miradas . Sin embargo ,él sólo se fijaba en ella porque creía qué era Laila, de modo que la mente de Anastasia estaba en blanco. Ni siquiera podía apreciar lo que le servían en aquellos momentos. Sólo podía ver ,oler y saborear a Mister Grey.
---Estoy segura de que sus sentidos son muy agudos--dijo la joven de pronto.
Lady Gertrude y mister Grey se volvieron a la vez para mirarla.
Anastasia bajó los ojos y no los apartó del plato; el cangrejo que habia en él parecia tenderle sus pinzas. Pensó que el animal también la miraba embobado con sus ojos diminutos como gramos de pimienta y luego se recriminó su falta de originiladidad. Después pensó en lo que habia dicho y se hundió más en la silla. <<¿ Sus sentidos? ¿ Acababa de hacer un comentario sobre los sentidos de él?>>
----Apuesto que su dormitorio está dispuesto a su gusto--dijo Christian Grey en un tono de voz profundo y controlado con el que, aún así , no creyó desimular su regocijo.
A Anastasia no les pareció apropiado hablar de su dormitorio. ¡ Era...<< su>> prometido! Quiénes estaban a punto de casarse no debían hablar de dormitorios o camas , ni de ninguna otra cosa que aludiese a sus intimidades.
Sin embargo, era su anfitrión y estaba obligada a responderle.
----Si...es bonito...--dijo la joven.
Anastasia comprendió que entonces podria haber cobrado ventaja. Como decia Leila: << Siempre que dudes, piensa: ¿ qué haria Leila en esta situación?, y hazlo>> Irguiendose, Anastasia miró con dureza a mister Grey.
----Pero está en la casa equivocada. Donde yo quisiera estar es en casa de mi padre, en Chesterfield Street.
Mister Grey le devolvió la mirada, esperando...esperando.
El silencio volvia a hacerse tenso, largo y terrible.
Como si supiera de que hablaba, Anastasia volvió a la carga.
----Me gustan los colores. La chimenea tira muy bien. Todo está limpio...realmente muy limpio. Me gusta--dijo. Leila le habia advertido que no sabia hablar a los hombres. Le habia reprochado su excesiva timedez y su facilidad para acobardarse ante ellos.
No obstante, prosiguió, como si no hubiera nada fuera de lugar en su conversación.
----¿ Y la criada de la planta superior? ¿ Como se llama?
----Elizabeth, se llama Elizabeth--respondió mister Grey---. Cuenta con referencias intachables. Quiero que tengáis absoluta libertad para tomarla como doncella, si ése es vuestro deseo.
----Si ...Creo que si.
Anastasia miró las manos de Christian; parecia experto extrayendo la rojiza carne del cangrejo de su caparazón. Sus palmas eran anchas y fuertes y sus finos dedos mostraban la labor de una refinada manicura. Le gustaban aquellas manos. Deseó que no las hubiera tenido asi. Deseó que le fuera indiferente como le habian sido tantos hombres. Sin embargo, algo habia en Christian que hacia que se fijara en él sin que pudiera evitarlo.
----Espero que Elizabeth haga las cosas a vuestro gusto. Si no sucediese asi, hacédmelo saber enseguida y me encargaré de llamarle la atención.
----No quisiera molestarle--dijo Anastasia con una voz que se hacia más baja a medida que pasaba de una palabra a otra.
----Seréis mi esposa. Nada de lo que pueda hacer por vos es una molestia. ---Parecia sincera, sonaba sincera. Y para una mujer que de muy joven se habia visto rodeada de desprecio y malicia, la sinceridad era un sinónimo de seducción----. Se trata, simplemente, de la clase de ayuda con la que podréis contar el resto de vuestra vida.
¿ Habria alguna clase de amenaza en aquellas palabras?.Anastasia intentó comunicarse mediante la mirada con lady Gertrude, pero vio que ésta asentia con la cabeza, sonriente.
----Su sentimientos le honran, mister Grey--dijo la anciana----. Pocos hombres recuerdan que hay de proteger y mimar a su esposa. Los pobrecitos prefieren pensar que existe algún otro modo de tratarla.
Mister Grey era el tipo de hombre a quien los demás varones admiraban por sus logros y destestaban tanto por su autoridad como por su éxito con las mujeres.
----Mi mujer vivirá tan complacida como una princesa en su torre de marfil.
----Hace frio en una torre de marfil---murmuró Anastasia.
----Pero una duquesa vive en una torre de marfil desde que viene al mundo. Siempre tiene a alguien que se ocupa de ella. Un marido es necesario para una sola cosa: cuidar de ella con consideración.---Mister Grey bebió un sorbo de vino y se revostó en el respaldo a fin de que el criado retirase el plato de cangrejo y lo reemplazase por otro de chuletas de cordero con guisantes---. Ah, y una torre de marfil sirve también para que su marido sepa en todo momento dónde está.
----Eso me huele a prisión--dijo Lady Gertrude divertida----. Estoy segura de que no sois de esa opinión.
Sin embargo, cuando miró a Anastasia vio en su rostro una expresión muy peculiar, como la de una avara que se regodearse en la contemplación de su oro.
Christian no tuvo respuesta para el comentario de lady Gertrude. En cambio, le sirvió una copa de un vino color rubi, adecuado para la carne.
----Su Excelencia--dijo---, he solucionado el problema que he tenido con vuestro criado.
Anastasia tuvo el buen criterio de no prestar oído a la voz interior de Leila. Mister Grey se referia a Sam Driscoll. Habia olvidado por completo el bueno de Sam. Inteligente, perspicaz y gran conocedor de los caballos, Sam Driscoll habia sido el criado de Leila desde tanto tiempo atrás como ella podia recordar. Con ellas habia recorrido toda Europa, las habia sacado de algún que otro apuro, defendiendo rifle en mano de los bandidos y siempre habia puesto a su disposición toda su lealtad e integridad.
----¿ Hay algún problema con él?--preguntó Anastasia.
----Sam Driscoll puso objeciones al hecho de que quedaseis bajo mi custodia, por lo que envié a un cochero y a un criado a devolver el carruaje a casa de vuestro padre. Sam está alojado en una habitación próximo al establo.
¡ Sam estaba alli, en Berkley Square! No la habia abandonado, de modo que no estaba tan sola como imaginaba.
----¡ Qué expresión de alivió, querida prometida!. ¿ Supongo que no pretenderéis ir por todo Londres mostrando un rostro tan revelador? No me opondria, entendedme.---Inclinándose hacia ella, mister Grey sonrió con una especie de intimidación mágica que obligó a Anastasia a aclararse la garganta----. Cuando una mujer es bella como vos lo sois, suele ocultar sus emociones. En vuestro caso, en cambio, siempre he podido complaceros y siempre sé cuál es vuestro deseo.
Anastasia escuchó una voz quejosa en su interior: <<Oh, Leila ,¿dónde me has metido?>> Era la voz de la propia Anastasia, por supuesto. Cuando su prima le habia sugerido aquel engaño, por buenos motivos, por supuesto, Anastasia ya habia sospechado que mister Grey trataria de flitear con la mujer que seria su futura esposa. No se habria equivocado al respecto, y se lo diria a su prima apenas volviera a verla.
Pero eso no pasaria, por ahora. Por el momento, Anastasia tenia que dominar esa noche en casa de Mister Grey, en una de sus camas, sabiendo que él se hallaba en la planta de arriba, pensando en ella...Advirtió que él seguia hablando y procuró concentrarse en lo que sucedia en el comedor.
Christian habia dejado de sonreir y la miraba como si realmente pudiese leerle el pensamiento.
----Desde que llegasteís esta tarde, he estado esperando que me dieses una explicación de por qué os parece ridiculo que nos casemos.
Continuara
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Un Beso Tuyo
Historical FictionCuando los caminos de la venganza se cruza con el amor, todo puede ocurrir... (Adaptación) con los personajes de cincuenta sombras de Grey.