Ellos no me miraron al princípio, y era normal, habían muchas que ver como para enfocar su atención en mi.
-Chicos, ¿Qué es esto?- dijo la que me parecía que era Amaya, pues estaba un poco lejos. Debía ir a verlos e informarles de lo poco que sabía, pero debía estar serena y fuerte, siempre debe haber un centrado en medio del desconcierto, eso era lo que decía mamá.
-No...-se ahogaban las palabras de Sofía-no puede ser- y así comenzó con la cascada de lágrimas que fácilmente bajaban la curva de su cara redonda y muy morena.
-¿Qué mierda ha pasado aquí?- comentó Eidan.
-¿Hay alguien?¡¿Hola?! -gritó Ciro
Kenai se limitó a mirar todo a su alrededor sin emitir ningún sonido, parecía que no podía mover su cuerpo tensionado.
-¿Qué pasó aquí?- decía Thais entre lágrimas, ¡¿Thais?! Estaba viva, un gran alivio se apoderó de mí y aún más al ver a Zed salir detrás de ella ¡Ambos estaban bien! Era una pequeña alegría entre tanta tristeza, siendo honesta no pensé en ellos pero un gran peso salió de mi pecho al verlos a salvo, pero claro que no me hiso sentir ni un poco mejor porque en seguida recordaba la horrorosa situación en la que me encontraba.
Cuando estuve a una considerable distancia comenzaron a notar mi presencia y Zed salió a mi encuentro.
-¡Mara!-empujó a los demás y corrió a abrazarme, honestamente no estaba de ánimos para abrazos asique me limité a no rechazarlo por cortesía.- creí que no te volvería a ver- supuse que Zed estaba sensible asique lo miré a los ojos mientras sostenía su rostro para que compruebe que estaba "bien" , si así reaccionaba y aún no veía los cadáveres de sus padres no sabía lo que haría después.
-Estoy bien Zed- dije tranquilamente mientras lo apartaba- pero parece que soy la única que lo está- continué e incliné levemente hacia atrás mi cabeza queriendo darle a entender de que todos estaban muertos con mucha discreción. Aunque eso no era lo mío.
Thais me vió y luego corrió junto con los demás hacia donde solían estar sus hogares ahora destruidos y llenos de cadaveres, cada uno reaccionó distinto y para cualquier humano sería una escena desgarradora, cualquier persona querría ir y consolar a todos pero no yo, ¿Cómo podría consolarlos cuando yo misma estaba sufriendo el mismo dolor o peor? Al menos les gustaría sentir una presencia amistosa, supuse pero ¿Quién me podía considerar amistosa? Thais se mostró muy indiferente al verme, quizás deseaba estar sola para averiguar lo ocurrido por lo que fui directo a donde estaba la tienda de Zed. Me sentí afortunada de haber estado sola en ese momento, la soledad era la única que me entendía totalmente, la única que podría escuchar mis lamentos. Pero Zed no era así por lo que me acerqué, me arrodillé junto a él y al cadáver de su padre y le puse mi mano en su espalda mientras me agachaba junto a él esperando que eso bastara. Bruscamente me rodeó con sus brazos mientras él nos paraba y me acercó más a su cuerpo haciendo que pueda sentir sus sollozos y su respiración agitada en el cuello haciendome cosquillas.
-¿Qué pasó?... ¿Por qué a nosotros?¿Q-qué hicimos?- susurraba con su rostro hundido en mi nuca- No entiendo nada... - No tenía respuestas para él ni para mí.
-No lo sé Zed -suspiré-, en verdad nose. Ven, debemos ir con los demás.
Nos dirijimos a la entrada donde los ví la última vez y rápidamente todos se acercaron, parecía que no querían quedarse con los cadaveres de lo que solían ser sus seres queridos y los entendía, yo tampoco estuve mucho tiempo con mi mamá, perdón, lo que solía ser mi mamá.
Nos reunimos y mirabamos entre todos, ¿Qué deberíamos hacer?, más bien, ¿Qué podríamos hacer? Todos guardábamos silencio mientras nos mirabamos a los hinchados, rojos y cristalinos ojos.
ESTÁS LEYENDO
ILKERS: El inicio de la nueva leyenda
AdventureMara es una chica de 15 años que vive con su madre en la tribu Ilker cerca de la misteriosa muralla que separa su mundo y que nadie sabe su origen exacto. Todo comienza con el ritual de iniciación que debe enfrentar ella y su grupo al intentar sobre...