Capítulo 21: Rescate

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Naiala nos guió hacia una densa zona de árboles un poco alejada del resto. El cielo estaba levemente más claro pero nublado, aún así no había tiempo, debíamos actuar lo antes posible.

No tuve dificultad en desplazarme por los árboles. Sin embargo, Otto y Naiala lo hacían con bastante lentitud, después de todo podría hacerlo sola si eso era más rápido que esperarlos. Comencé a desplazarme más rápidamente dejándolos levemente atrás aumentando de a poco la distancia entre nosotros. Ellos no entendían bien pero al no poder alcanzarme no me dijeron nada.

Llegué al árbol indicado donde debajo mío estaban mis compañeros, sólo quedaba la parte más difícil del plan. Yo llevaba la cuerda. Até un extremo a una rama gruesa y resistente y la otra la pasaba por mí cintura y piernas. Esto sería más complicado pero cada vez había más claridad y Otto y Naiala seguían atrasados aunque pude ver su cara de desesperación al verme. Ambos negaron con la cabeza y Naiala dijo con sus labios "ruido", entonces entendí que no podría hacerlo sola. Debería bajar muy ruidosamente si lo hacia yo sola por lo que decidí ir a ayudarlos.

Una vez juntos no me reprocharon nada, no había tiempo. Me bajaron lentamente. La persona que estaba debajo mío era Sofía. Le tapé la boca por si gritaba y me vio, su rostro pasó del pánico absoluto a alivio en un instante. Todos se alegraron al verme pero yo hice un gesto para que guardasen silencio. Aflojé la cuerda de Sofía y la cargué como una niña pequeña. No tuve en cuenta dos cuestiones. La primera era que Sofía ponía todo su peso en la cuerda atada a mi cintura ypiernas y me costaba respirar; Y la otra era la jodida y maldita herida que nunca terminaba de cicatrizar y sentía como ambos pedazos de piel se rozaban entre sí y me hacían ver las estrellas.

Una vez que llegamos al árbol Otto le enseñó a Sofía cómo salir por lo que ella obediente se marchó por donde él había dicho.

Yo mientras veía como Otto le hablaba a Sofía suspiraba profundamente intentando calmar el dolor y llevé una mano a la herida. Me dolía como si millones de astillas se incrustarán en mi y ardía como quemadura de hoguera.

Naiala me miró y comprendió.

-Deja que yo baje -susurró.

-No. Soy la más delgada -ventaja de no haber comido bien en días - resistiré. -No lució convencida.

-¿Segura? - asentí con la cabeza, era momento de resistir por ellos. Imaginaba como sería la reacción de Eidan cuando le mostrase la herida, algo así como "¡Eres la peor de las padecientes! ¡No puedes estar ni un minuto quieta!" sin duda sería el más molesto, Zed el más preocupado y Aaron el más divertido por la situación mientras Sofía diría que se comporten. Aunque, primero debíamos cumplir con el plan.

Volvió a bajarme y esta vez me inclinaron un poco a la derecha, Aaron. Repetí la misma acción que con Sofia y lo cargaba. Él pesaba aún más que Sofía y ,además, se movía inquieto mientras subíamos. Esta vez no esperé a descansar, pensé que cuanto antes terminara, antes descansaría.

Zed tendría que haber sido el tercero en subir pero le cedió el lugar a Eidan. Zed siempre tan bueno con todos...

Eidan pesaba lo mismo que Aaron sólo que no se  movía, lo que agradecía internamente.

Era ya totalmente de día y sólo faltaba Zed, con el mayor de los cuidados y silencios bajé para agarrarlo y subimos. Todo iba bien hasta el momento. No podía creer que Zed era un tanto más pesado que Eidan o Aaron. Él me miraba con una profunda y honesta felicidad mientras subíamos en una especie de abrazo, hasta que él me sostuvo de la cintura, vio su mano y estaba manchada de sangre. Su rostro se transformó al instante por una completamente preocupado. Llegamos a la cima del árbol y salimos lo antes posible, estábamos totalmente expuestos. Un poco alejados del lugar bajamos de los árboles y comenzamos a correr, o yo al menos lo intentaba porque me retorcía de vez en cuando del dolor, lamentablemente era la última de la fila que hicimos.

ILKERS: El inicio de la nueva leyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora