Capitulo 13 P3: A punto de matarlo

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Abrí mis ojos, veía el cielo y algunas copas de árboles . Sentía puntadas en el cuerpo y en la cabeza. Estaba moviéndome ¿Como lo hacia?

Era Sofía. Ella me sujetaba de la cintura ,del otro lado de la herida, y tenía mi brazo sobre sus hombros,cargando con un notable esfuerzo todo mi cuerpo.

Intenté caminar por mi cuenta pero estaba tan débil que Sofía ni siquiera notó que había despertado, estaba muy concentrada mirando al frente. Iban apresurados, me sacudía constantemente y me dolía en mis costados. Intentaba volver a dormir cuando lo recordé.

¡Zed!

pero antes de poder pensar en cualquier locura, lo vi frente a mi, cojeando y caminando junto a Aaron, ayudándose entre si para transportarse. No pude creer en el alivio que se apodero de mí en ese momento ¡Todos estábamos bien! Bueno, no exactamente bien pero estábamos vivos, que era lo más importante. Estaba muy cansada y volví a dormir en brazos de Sofía, me dio mucha lástima hacerla cargar con todo mi peso pero estaba demasiado débil para hacer nada y era mejor recuperar fuerzas.

******

-Veo que despertaste -dijo la persona a mi lado, que sorprendentemente seguía siendo Sofía

"Esta chica realmente esta haciendo un esfuerzo sobrehumano, ¿Hace cuanto tiempo me esta cargando?"

No dije nada, sólo la vi y volví mi mirada al frente. Me sentía fatal de todas las maneras posibles. Estaba destruida, la herida de mi costado cada vez me dolía más y era peor si me andaban sacudiendo, ¿Acaso no veían que la herida me dolía como los mil demonios? Si, estaba muy irritada.

-¿Cómo te sientes? -¿Por qué debían preguntar esas cosas sabiendo que me sentía pésimo?

-Perfecta -dije en susurro con ironía.

-Tranquila, en un rato nos detendremos.

Me dejé llevar nuevamente, cerré los ojos y volví a dormir para olvidar el dolor que me atormentaba en esos momentos. Lo sentía mucho por Sofía, quien debía cargar conmigo nuevamente pero, me di el lujo de,por una vez, pensar en mi misma.

Abrí lentamente los ojos, estaba anocheciendo por lo que no hubo problemas para acostumbrarme a la luz.

-Buenas noches -dijo la dulce voz que tanto conocía.

-Buena noches para ti también -respondí mirando a Zed a los ojos y con una tranquila sonrisa. No sabía si el dolor hacia que comenzara a delirar o que, pero me sentía sorprendentemente relajada, como si todos los males no existieran al verlo a los ojos.

-¿Como te sientes?

-Sobreviviré -"me siento como los mil demonios, creo que la cuchilla aún sigue incrustada en mi cuerpo, sin hablar del terrible dolor de jaqueca y que siento todo  irreal."- Me siento un poco... rara, eso es todo.

-Bueno... -dijo rascándose la cabeza con una mano. Ese gesto lo conocía muy bien, solo lo hacia cuando estaba nervioso, o ....me ocultaba algo.

-¡¿Que me hicieron?!

-Tranquila, no es nada. Eidan te dio una clase de pomada tranquilizadora para que puedas descansar bien.

-¿Confías en que Eidan no me haya envenenado?- me miró sonriente.

-Puede ser un idiota a veces pero debo admitir que no es mal curandero - admitió encogiéndose de hombros - y... además lo espié mientras preparaba esa cosa y no te preocupes, no le puso nada que pueda matarte.

-Gracias, te debo una amigo. Pero, ¿Por qué tu no la tomaste?

-Digamos que ya eran demasiados heridos para que yo me suma a ellos. Estoy bien - lo mire fijamente a los ojos. Sabía que estaba mintiendo, él también estaba herido ,aunque en realidad no parecía que tenia nada grave.

ILKERS: El inicio de la nueva leyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora