[16] 𝐌𝐢 𝐫𝐨𝐬𝐚

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Nunca antes me había atrevido a entrar a casa de mi sol, no porque no hubiese recibido invitación si no porque las palabras de Leo fueron claras y fuertes: "Ni se te ocurra poner un solo pie dentro de esa casa, ¿me entiendes?"
No hubo amenaza aterradora pero si miradas por parte de sus padres que anunciaban un: "Obedece"
Y hoy, finalmente he decidido dar el primer paso dentro del lugar donde ha crecido y pasado el mayor tiempo de su vida la persona que me gusta en demasía.
¿Estoy feliz? Sí.
¿Me arrepiento? NO.
¿Tengo miedo? Un poco, pues sé que quién puede sufrir las consecuencias de mis actos es mi madre, ellos tienen el control sobre mi vida, pueden controlarme como marioneta sin darme oportunidad de decidir lo que quiero hacer o decir.

Nick está justo delante mío, me mira y sus ojos bajan a mis labios, sé lo que está pensando y aunque yo también lo deseo no dejaré que vuelva a suceder sin antes tener una relación más seria y formal así que digo lo primero que se me viene a la mente.

— ¿Cuando es tu cumpleaños? —Pregunto tomando el vaso de jugo de nuevo, trago grueso y me secó la mano libre en mi pantalón, estoy sudando.

— ¿Eh? —Esa es su respuesta, la confusión y vergüenza por su parte es clara— Oh, 9 de marzo. ¿Y el tuyo?

— Cierto, Leo siempre sale ese día con demasiada  prisa a penas y amanece, todos los años después de que te conoció han sido así. —Digo y miro al suelo.

— ¿De verdad? —Asiento— No me has dicho aún tú cumpleaños, ahora que lo pienso Leo nunca me lo comentó.

Dudando e intentado no darle importancia respondo sin querer.

— 27 de septiembre. —Hablo finalmente.

Nick guarda silencio y comienza a contar con sus dedos, luce sorprendido y yo no entiendo porque, ¿por qué tanta sorpresa?

— ¿Qué sucede? —Pregunto.

— Nada. —Dice él— Por cierto, ya que hemos mencionado a Leo anteriormente, hay una duda que he tenido desde que descubrí que tú eres Moon.

"No hablemos de Leo, por favor" eso es lo que pasa por mi cabeza al escuchar su nombre, sonrío apretando los labios y suelto un suspiro, ¿cómo decirle tal cosa a su mejor amigo?

— Dime, si tengo la respuesta ten por seguro que responderé sinceramente.

— Créeme, estoy seguro que la tienes.

— Dime entonces, ¿cuál es tu duda?

Nick toma un respiro y se endereza en el sofá.

— ¿Desde cuándo sabe Leo que me enviabas mensajes desde la cuenta de Moon? —Me quedo sin habla.

Decir lo sucedido no me es difícil, pero no quiero perjudicar a Leo y que Nick le tome más resentimiento del que ya ha aparecido después de aquel día en que entró a mi habitación. Aunque mi hermano no es el mejor hermano del mundo y no me ha hecho sentir más que miseria, lo quiero y el vínculo que siento hacia el es enorme, él es mi familia y creo que jamás podría hacerle tal cosa sabiendo lo importante que es Nick para él.

— Bueno...

— Haz dicho... —Me interrumpe— ... que me responderás sinceramente, así que espero que cumplas con tu palabra.

— Eso haré. ¿Recuerdas el día de la práctica a la que asististe por primera vez gracias a qué te dí pistas para que me buscaras allí que tal y como era esperado no entendiste y fallaste? —Digo recordando aquel momento, el recuerdo se apodera de mí y suelto una carcajada.

— Jaja que gracioso. Sí, la recuerdo, ¿fue ese día?

— Sí. Estaba en el baño y olvidé mi teléfono sobre el lavabo, cuando regresé a buscarlo Leo lo había encontrado y leído los mensajes debido a que una de tus respuestas apareció en pantalla, me enfrentó, lo enfrenté y terminé por golpearlo. Así fue como descubrió que yo era Moon. —Explico tranquilamente sin trabajo alguno, tal vez faltaron algunos fragmentos por contar, pero he cumplido con mi palabra y es lo que cuenta, pues lo que he dicho si sucedió.

CONTANDO ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora