[6] 𝐋𝐚 𝐟𝐢𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐲 𝐮𝐧 𝐛𝐨𝐫𝐫𝐚𝐜𝐡𝐨 (𝑺𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆)

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La hora de la fiesta ha llegado, son exactamente las 8:20, mi mirada está fija en el reflejo en el espejo de mi cuarto, inspecciono lentamente cada prenda que he decidido usar está noche

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La hora de la fiesta ha llegado, son exactamente las 8:20, mi mirada está fija en el reflejo en el espejo de mi cuarto, inspecciono lentamente cada prenda que he decidido usar está noche.
Llevo unos jeans negros y una playera de manga larga del mismo color que mis ojos, gris oscura.
Me gustan los colores oscuros, ya que hacen que resalte mi cabello castaño y mi piel de vampiro.

Me echo un último vistazo y sonrío para mí mismo, después de eso tomo mi chaqueta de mezclilla y salgo en silencio de mi habitación, mis padres aún no vuelven de su trabajo, por lo regular llegan por la madrugada, pero Martha si se encuentra en casa y si me descubre yendo a una fiesta donde seguramente habrá alcohol y todo tipo de sustancias no legales se hará cargo de impedir lo y me hará regresar a mi habitación diciendo una que otra amenaza, no es broma cuando digo que mis padres son un poco estrictos y protectores.
Al llegar a la puerta principal dejo salir un enorme suspiro lleno de alivio, por primera vez, iré a una fiesta de adolescentes hormonales y aburridos.

9:05 PM

— Bien, ya estamos aquí Patrick —Dice Annie parada a mi lado.

— Si. Entremos.

Sugiero y Annie junto a Nancy caminan hacia la entrada de aquella enorme casa, la casa de Sarah.
Trago grueso y me quedo atónito, recorriendo cada rincón del lugar con la mirada.
La casa es enorme, blanca y con ventanas de cristal puro, a través de ellas se pueden observar con claridad gracias a qué las cortinas están recogidas, distintos grupos de personas con vasos en sus manos, unas bailando y otras sentadas en los sofás intercambiando palabras.
El lugar está rodeado por autos de distintos tamaños y colores, unos más caros que otros, algunas personas recién llegan, otras se van y otras, al parecer han decidido quedarse hasta el amanecer.

— ¡Patrick! ¿No vienes? —Nancy me mira desde la entrada de la casa, alzando una de sus cejas.

— Si, ya voy —Digo.

Tomo un poco más de valor y camino hacia el lugar de dónde proviene un tipo de música que para nada es de mi agrado, pero no es mi fiesta así que toca soportar. Al introducirme en aquel enorme hogar, el olor a cigarrillo mezclado con alcohol llega a mi nariz, es desagradable y fuerte, incapaz de ignorar o esquivar.

— ¡Patricio! —Me grita Leo desde las escaleras.

Viste unos pans negros y una playera blanca, sostiene un vaso en su mano derecha, al verme sonríe y se acerca apresurado, se ve distinto.
Los moretones en su rostro comienzan a desaparecer y su mirada es oscura, sin brillo, las sombras negras bajo sus ojos son más claras y visibles, como si no hubiera dormido en días, no me gusta este Leo, me recuerda al Leo de hace algunos meses.

— Hola, creí que no vendrías.

— ¿Qué no vendría? Yo nunca, nunca falto fiestas como estas... —Dijo alzando el vaso para después dar un trago y hacer una mueca.

CONTANDO ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora