Hasta el atardecer Akaza x Rengoku

Tortura

Akaza ahora si tenia un pequeño problema, no esperaba que en verdad aceptara la oferta qué le hizo, pensó que iba a elegir llevar a todos los cazadores al lugar acordado pero no fue así.
Ahora tenía que decirle a Muzan, aunque obviamente ya lo sabía todo lo podía ver a través de todos los demonios.

Akaza... Qué estabas pensando en relacionarte así con un Pilar, de todos los humanos qué hay-Muzan empezó con la tortura qué le daría esa noche.

¡Mmph! Yo... N-no lo sé.-Pudo contestar aún con toda la sangre saliendo de su boca.

Te castigare por eso, tienes que pedir permiso para relacionarte de esa forma con un humano, lo sabes muy bien.- Muzan solo estaba controlando las células qué vivían dentro de el. Era terriblemente doloroso para cualquier demonio.
Solo podía aguantar el dolor, quería retorcerse pero se negaba a hacerlo.
Lo peor es que lo estaba haciendo público enfrente de todas las demás lunas.
Unos solo tenían cara de aburrimiento, unos no veían la escena y otros parecían muy divertidos por lo que estaban viendo.
La gran tercera luna superior siendo torturada por una estupidez era algo para recordar.
Decidió dejarlo así 5 horas sin descansos, a veces perdía el conocimiento pero regresaba demasiado rápido por otra explosión de dolor.
Lo que tenía que aguantar solo para cogerse a ese lindo omega.

Solo lo permito porque eres uno de mis favoritos, Akaza.- Muzan terminó esa tortura. - Aprende a comportarte de una vez.

Pff Akaza-dono, te veías muy lindo con esas expresiones de dolor.- Empezó a hablar la segunda luna. - Tan lindo, muéstrame un poco más.

Aléjate idiota. - No podía odiarlo más, ese estúpido egocéntrica.

Yo también quiero jugar con ese Omega por el qué sufriste tanto tiempo.-Lamio sus labios en un gesto asqueroso.- Quiero probar a que sabe.
En menos de un segundo le arrancó la mitad de la cara.

Acércate a el y te mato.- Fue una pequeña amenaza, tal Vez no podría matarlo el solo, pero con los cazadores podrían tenderle una trampa.

Qué miedo. - Lo miro desde arriba burlándose de el.

El tiempo pasaba rápido para un demonio, pero esta vez estaba siendo una tortura.
Quería que pasara más rápido, quería ya tenerlo en sus manos.
¿Por qué tenía este tipo de pensamientos? ¿Qué lo obsesionaba tanto? Era un simple omega ¿En verdad es diferente cuando son "destinados"?
Quería averiguarlo.
Akaza no tenía ni idea de lo que iba a pasar después, el amor puede causar varios tormentos.

Rengoku estaba ansioso, no sabía desde cuando empezaba a sentir un poco de las sensaciones del otro.
¿Será porque tuvieron más contacto? ¿O ya se estaba volviendo loco?
Sentía un dolor en todo su cuerpo, como si se destruyera mil veces por dentro. Lo sintió por unas cuantas horas no quería ni levantarse de su cama.
Si eso significaba tener una pareja destinada prefería quitarse la vida antes de volver a sentir todo eso.

Quería ver a Akaza, sentir nuevamente sus manos, ser cargado por el, besado y usado.
Esos pensamientos nunca los había tenido, jamás sintió atracción hacia ningún hombre o mujer Alfa. Para el que su único objetivo era ser un Pilar y salvar personas era algo extraño.
Su cuerpo empezó a sentirse caliente, imaginando un sinfín de escenarios donde el demonio lo tomaba de diferentes formas.

Empezó a tocar un poco por encima del bulto qué sobresalia de sus pantalones. Quería tocar más, lo sacó un poco tímido y siguió acariciando lentamente.
Imaginaba como Akaza lo tocaba y besaba, siguió masturbandose con más fuerza y rapidez. Cerrando los ojos y apretando los dientes para no gritar empezó a correrse.

Estoy loco... - no podía creer haber jugado consigo mismo, era también algo nuevo.
Tenía la palabra "VIRGEN" en toda la frente.

Por otro lado Akaza igual podía sentir las sensaciones del otro, aunque algo débiles sabía lo que hacía.

Oh Kyojuro, me muero de ganas por verte...- Pensó para si mismo, ya faltaba poco.