Amanecer

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Kyojuro empezó a despertarse lentamente, sentía pesado el cuerpo.
Se sentía observado por algo... O alguien.

Por fin despiertas, estaba aburrido de esperar.- Empezó a hablar el demonio.
Cuando despertaba normalmente tenia un mal genio, solo lo vio mal y se volteó viendo a la otra pared.
No quería recordar toda la noche anterior, pero era difícil no hacerlo.
Recordaba que sentía su cuerpo caliente desde la mañana, pero tenía que esperar hasta la noche pues no sabía donde Vivía Akaza.
Quería volver a dormir pero ya no podía, empezó a levantarse lentamente dándole la espalda al pelirosa. Este solo veía cada movimiento qué hacía.

Te ves muy lindo cuando despiertas.- Parecía que no sabía mantener la boca cerrada. Cada qué hablaba dejaba ver esos grandes colmillos... ¡Colmillos! ¡Su nuca!
Tocó rápidamente ese lugar.
No sentía nada ahí.

Tranquilo, no te marque ni nada por el estilo.- Así que no lo había hecho, sentía alivio y a la vez algo de decepción ¿Por qué será? ¿Quería ser marcado por su Alfa? Era algo extraño de desear, pero prefería no tener esa herida, la había visto en otros omegas pero se veía una cicatriz bastante peculiar.

Gracias... Por todo.- Se sentía raro agradeciendo, sabía que su ciclo de celo no lo podría pasar con alguno de sus compañeros pues sería algo bastante extraño e incómodo para después. Con Akaza no se sentía así pues no tenía que verlo después de hacerlo. Como el dijo, lo podía ocupar cuando lo necesitara.

¿Como te sientes? ¿Quieres comer algo?- Preguntó el demonio.

Yo estoy bien, voy a regresar a casa.- Respondió el Pilar.- Tengo que ir con las cazadores.

Mmm ya veo ¿Cuando te volveré a ver? Espero que sea pronto.- Estaba muy hablador, no esperaba que un demonio fuera así.

El celo es cada dos meses, haz tus cuentas.- Era algo cortante con el, no quería acercarse tanto. El era un humano, que podía encariñarse y el otro un demonio, que solo buscan su propio placer, tenía miedo de salir lastimado en esa relación inestable.

No estés tan a la defensiva, no pienso lastimarte a menos que sea en la cama jaja. - A veces si decía pura estupidez.
Hizo qué Kyojuro se sonrojara, se tocaba las heridas qué le había hecho.
Se preguntaba como las iba a ocultar, si las veían obviamente sabrán qué estuvo con el demonio.

Veamos los fuegos artificiales Kyojuro, mañana estarán cerca de aquí.- Propuso el pelirosa, quería verlo más seguido. Le gustaba su olor, lo hacía sentir tranquilo.

Mm no me molestaría estar en el festival pero... Tu aspecto es un tanto, exagerado.- No sabía cómo decirlo, aunque su cuerpo era igual al de un humano, todo lo demás lo delataba.

No te preocupes por eso, puedo arreglarlo.- Dijo seguro. - Si aceptas te mostraré.

Si es solo ir a pasar el rato está bien, pero no hagas nada extraño no quiero disturbios.- Realmente no quería lidiar con el si atacaba a algún humano.

Soy un demonio pero no soy estúpido, no atacare a nadie.- Se sintió algo ofendido, el no comía ni peleaba con grandes multitudes.

Entonces te veré en el mismo lugar, ve a recogerme.- Finalizó Rengoku. Empezó a vestirse, mientras el otro seguía todos sus movimientos, era un tanto incómodo sentía que sus mejillas se ponían calientes.

No traes tu Katana, eso fue bastante peligroso ¿Qué tal y te encontrabas a algún demonio? En tu estado hubiera sido difícil escapar.-Se preocupó inutilmente, se olvidó que ese era su territorio. Ningún demonio se atrevería a pasarse de la raya, amenos qué fuera el estúpido de Douma o la primera luna por algún tipo de orden. Pero nunca había tenido ese tipo de problema.

No sentí la presencia de ningún demonio las veces que estuve aquí, solo la tuya. No creo que haya problema.- Ya estaba preparado para irse.

Esta vez no te acompaño, está la luz del sol, aunque me encantaría llevarte en mis brazos.- Solo recibió una mirada cansada de sus comentarios.

Nos vemos en dos días.-Era tan seco, pero sabía que podía hacerlo caer totalmente. Lo esperaba con ansias.

Tenía un sensación extraña en el estómago, aunque intentó mantener su fachada de tranquilidad, la verdad es que se puso algo feliz cuando el otro lo invitó a salir. Era tan extraño. Apenas se había ido y ya quería volver a verlo.
Apresuró el paso para llegar a su finca, ducharse e ir a la reunión qué tenían programada.

Al llegar a casa lo recibió su hermano qué barría un poco afuera.

¡Hermano! ¿Donde estuviste? Saliste de la nada, sin tu Nichirin. - Le dijo preocupado, no era normal que saliera así de apurado.

Este, bueno yo, tenía algo que hacer... - No era bueno mintiendo, su hermano pudo imaginar que era, se sintió un poco avergonzado.

Bueno, te prepararé algo para comer en lo que te preparas.- Su hermanito era rápido entendiendo las cosas, era su orgullo.

Entrando a casa se encontró con quien menos quería encontrarse. Su padre lo estaba esperando sentado. Hizo una inclinación leve en señal de respeto, después de todo seguía siendo su padre y vivía en su casa.

¿A donde carajos fuiste? ¿Fuiste a revolcarte con ese demonio? Qué asco.- Lo miraba con desprecio, se levantó solo para pegarle un golpe con su botella.

No podía defenderse ¿Como podría hacer eso contra su padre? Ganas no le faltaban de hacerlo entrar en razón.

¿Por qué mi hijo tuvo que ser un estúpido Omega? Ni siquiera podrás tener herederos, los demonios no puedes reproducirse.-Eso lo sabía, en parte era mejor, así no tenía que preocuparse por nada.

Lo siento, padre.- Respondió Kyojuro para después retirarse, a veces si dolían las palabras de su padre, antes de que falleciera su amada madre, el no era así.
El fue el primero en decirle que no debía avergonzarse o sentirse menor por ser omega. Y ahora decía esas cosas con desprecio.

Hizo todo lo que tenía que hacer antes de salir.
Solo quería salir de ahí, no quería estar mucho más tiempo cerca de su padre.

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Hasta el atardecer Akaza x Rengoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora