Hasta el atardecer Akaza x Rengoku

Ilusión

Douma estaba muy confundido ¿qué era eso que había sentido? No quería admitirlo.
Era por esa pequeña cazadora, maldita sea.
Seguía siendo un Alfa después de todo, estar en contacto con omegas era difícil y más cuando parecía que le afectaba más de lo normal.

Por otro lado Kyojuro fue a preparar todo para la reunión de la noche, fue a hablar con Shinobu pues ella sabía sobre esa mujer que podía hacer ilusiones con su poder.

Rengoku-san, no sería dificil pedirle un favor pero va a pedir una condición.-Siguió hablando.- Va a querer varias pruebas de sangre de Akaza, no se lo puedes decir pues va a saberlo el Padre de los demonios.

Entiendo, no le diré nada, pero necesitamos su habilidad para que Akaza pueda hablar sin qué lo maten.- Tenían que hacerlo así, esa mujer era habilidosa estaba seguro que podía dividir lo que veía y escuchaba el líder de los demonios.

Entonces ya estaba casi todo, solo faltaba el invitado de honor qué sería la tercera luna superior.
Kyojuro iría a traerlo.

Más te vale que no me maten, tanto ellos como mi líder.- O sea, si ya se había resignado a morir en poco tiempo, pero tampoco quería adelantarlo.

Prometo que no lo harán, ya les advertí qué si te intentaban hacer algo tendrían qué pelar contra mi.- Bueno eso había hecho qué todos se controlaran.

Llegando a ese lugar lo primero que sintió fue la presencia de otro demonio, pero era extraña, no se sentía como todos los demás.
Las ilusiones habían comenzado, lo supo cuando sintió qué Muzan se sentía más relajado, algo extraño.

Así que tu eres Tamayo, Muzan-sama llega a hablar de como una demonio logró salir de su control.- La miraba con los brazos cruzados.- ¿Todos podríamos librarnos de el?

Podría ser algo difícil, pero no imposible. Tal vez para tu si lo sea pues tu sangre tiene demasiadas células de el.- Le puso una mano en su pecho queriendo enterrar sus garras, ese asqueroso olor le traía malos recuerdos.

Bueno vamos a comenzar con esto.- Habló Kyojuro para que todos prestaran atención.
Akaza estaba sentado a su lado quedando enmedio de todos. Se sentía algo desprotegido así pero no sintió qué fueran a atacarlo. La demonio igual se quedó a su lado pues tenía que controlar las ilusiones.
Kyojuro le dio la palabra a Akaza.
Este empezó a explicar todo lo que había pasado en esos meses, el porqué lo buscaban, las amenazas qué recibió, información sobre Muzan como sus objetivos y algunas habilidades qué había llegado a ver. Habló sobre las Lunas y finalmente con ese problema por el qué fue la segunda luna.

Si qué la tienen jodida.- El primero en Hablar fue Uzui.

Yo estaba pensando... En convertirme en demonio.-Esto si qué sorprendió a todos ¿acaso se había vuelto loco?. - Lo pensé porque Tamayo-san está trabajando en un antídoto para regresar a los demonios a Humanos nuevamente.

Todos la vieron sorprendidos, menos Shinubo qué ya sabía de esos planes.

¿Y si no llega a funcionar ese supuesto antídoto? ¿Qué haríamos? Así perderíamos a un Pilar y toda su herencia.- Esta vez habló Sanemi, ya no estaba tan exaltado.

Lo voy a lograr, estoy cerca de hacerlo... Solo necesito pruebas de sangre qué tengas más células de Muzan.- Dijo eso mientras veía aterradoramente a la tercera luna, sus verdaderos ojos habían salido.

Tendríamos que apostarlo todo a ti.- Habló por primera vez Giyu.- Sabemos de tus logros, yo creo que podemos confiar en ella.

Al momento en que se transformen puedo ayudarlos a que no estén a la merced de Muzan.-Era una "buena" opción para hacerlos ganar tiempo, pues con la información recibida podían atacar directamente a la guarida de esos demonios. Pero necesitaban más tiempo y aunque no les gustara tenían que tener a esos dos dominios vivos.
Tampoco es como que quieran matarle el novio a Rengoku, cuando hablaban entre ellos se veía cuanto se amaban, eran tan empalagosos. Les gustaba ver a su compañero tranquilo y feliz, toda su vida se la pasó entrenando y con un objetivo en mente ahora podía tener tiempo para el. Era bueno verlo con su compañero, unos se preocupaban de que nunca había tenido pareja pese a su edad, en esos tiempos era costumbre qué a esa edad ya empezaran a casarse o tener herederos.