Es increíble como en cuestión de un par de semanas, la vida de una persona puede cambiar tanto.
Es asombroso, como hacia un par de semanas atrás estaba atendiendo su hermosa cafetería en Italia y como ahora estaba parado junto a la ventana de su habitación en Corea, mirando como un grupo de hombres que el no conocía, eran entrenados, que también desconocía la razón del entrenamiento.
Ya hacía una semana que estaban en esa gran casa en el medio de la nada, en otro país, muy lejos de su hogar. En esa semana no había visto mucho a Minho, por dos razones:
La primera era que estaba demasiado ocupado con algún asunto que no era de su incumbencia, además, cada vez que lo veía Lee siempre estaba de mal humor o maldecía en voz alta.
No se animaba a golpear la puerta de su despacho para exigirle una explicación.
Y esa era la segunda razón, su miedo, miedo de desilusionarse, miedo a que su vida no volviera a ser como antes, cosa que estaba más que claro.En esa semana Jisung y JeonGin se habían dedicado a explorar el lugar, habían descubierto que la casa era mas grande de lo que se imaginaron.
Y que abajo en el sótano era un lugar prohibido, que Lee no quería que viera, los guardias del lugar dijeron que el Jefe no quería que se asustara. Algún día sabrá que hay ahí…Para los muchachos había tres lugares fascinantes en toda la casa, la primera; la cocina, esta era inmensa, estaba equipada con todo lo necesario, y como sus instintos de Chef y Reposteros les gritaba que cocinaran, se pasaban las tardes horneando y cocinando para todas las personas en la casa.
El segundo lugar, era el inmenso jardín, es toda una maravilla, les gustaba tomar el té en ese lugar. Y el tercero era un gimnasio que había en la mansión, era otro de sus pasatiempos.
Unos toques en la puerta lo hicieron salir de su ensoñación, no sabía cuánto tiempo había estado ahí parado perdido en sus pensamientos, que no se había dado cuenta cuando el gran grupo de hombres se habían ido.
-Adelante- dijo suabe, ese día no se sentía con ánimos de salir de su habitación.
Cuando se dio media vuelta para ver quien había entrado a su recamar, se sorprendió de ver a Lee Know parado allí, en silencio mirándolo. Sus miradas se conectaron, pero nadie decía nada.
Lee rompió el silencio - ¿Te encuentras bien? No te he visto salir de aquí hoy- hablo suave.
Minho había estado ocupado, pero siempre se daba un tiempo para saber si su pequeño estaba bien, aunque Han no lo supiera.
-Si, estoy bien- contesto desviando su mirada al piso por unos segundos. Lo volvió a mirar y con valor pregunto - ¿Podemos hablar o aun sigues ocupado? -
- ¿Qué quieres saber? – pregunto no tan seguro de que sea el momento para decirle la verdad a Jisung.
-Todo- dijo-Quiero saberlo todo, quiero saber el porque estoy aquí, porque alguien quemo mi cafetería…-
-Eso fue mi culpa- lo interrumpió Lee- Ven siéntate, te lo explicare todo- dijo mientras caminaba hacia uno de los sofás que se encontraban en el cuarto. Han lo imito.
-Sin interrupciones ¿sí? - Han asintió a eso- No se por donde comenzar… pero creo que lo are por tu cafetería- el castaño lo miro extraño, sin saber a que se refería.
- El que incendio la cafetería no quería hacerte daño a ti, sino a mí, el es JoongKi Santorini- cuando escucho eso Han, abrió la boca para interrumpir el relato de Lee, este no se lo permitió, y siguió hablado
- El y su padre quieren algo que me heredó mi abuelo. El viñedo… bueno lo que contiene el viñedo- hizo una pausa, para observar el rostro de Hannie, era confuso, se notaba que no estaba entendiendo mucho de la historia
- El viñedo es solo una pantalla, este esconde armas y… drogas- no quiso verle la cara a su pequeño, pero estaba seguro que o era una buena
- Antes de que pienses mal, no soy una mala persona solo por ser un traficante, sé que está mal, pero es algo normal para mí, nací en medio de esto y me gusta.-Pero…- Han no sabia que decir.
-Mi difunto abuelo y el viejo Luka Santorini fueron amigos, ellos llevaban el negocio juntos, tiempo después se separaron, el viejo quería involucrarse con el trato de blancas, mi abuelo estaba en contra de eso, Luka le robo mucho dinero a los Lee declarándonos la guerra. Desde entonces los Santorini quieren apoderarse de todo el negocio- Lee levanto la vista, se encontró con un Jisung con lagrimas corriendo por su rostro y miedo en su mirada, quiso abrazarlo, pero sabía que no era el momento, que debía respetarlo
- No puedo solo entregarles todo, no puedo echar a perder por todo lo que lucho mi abuelo. Los Lee somos respetados mundialmente, tanto por el narcotráfico como por nuestros excelentes vinos- termino de contar, esperando alguna rección de parte del de mejillas grandes.Lee no sabia como tomar el silencio de Han, se levantó de su asiento, para marcharse, pero sintió como le agarraban la mano, deteniéndolo, lo miro con algunas lagrimas que amenazaban por salir.
-Es… Es mucho para procesar- dijo entre lágrimas- Pero… te creo, creo que no eres malo, pero, aun así, dame tiempo, necesito saber qué hacer con todo esto- dijo soltando la mano de Lee
- Esta bien… pero, recuerda que… que te amo- dicho esto, salió rápido de la habitación, dejando un Jisung muy confundido.
Han también amaba mucho a Minho, pero con su revelación le deba un poco de miedo, miedo que un día ya no lo tenga mas por culpa de su trabajo, él sabía que no era nada legal, sabia que era algo de alto riesgo.
Pero estaba muy consiente de sus sentimientos por le pelinegro.Su cabeza dolía, no sabía qué hacer con tanta información y con lo que sentía, ya no sabia que estaba bien o que estaba mal.
Jamás se imagino caer en las rédese de un traficante.
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IL CAPO
FanfictionLee Know dueño de uno de los viñedos mas reconocidos, que esta dispuesto a todo por seguir los pasos de su abuelo. Han Jisung un chico ordinario, propietario de una cafeteria serca de la mancion Lee.