Capitulo 15

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Caminé hacia la habitación y caí en mi cama. La rabia crecía dentro de mí mientras agarraba mi abrigo con ambas manos y grité. Me senté y miré alrededor de mi pequeña habitación. El dolor en mi interior era mucho peor de lo que imaginé que podría ser. Mi pecho se sentía pesado, y mi destrozado corazón me perforaba desde adentro. Apreté mi mandíbula mientras mis manos se aferraron a la cama.

Quité el abrigo de mí y lo tiré por la habitación. Arranqué mis sábanas y las hice una bola, así enmascaraban los sonidos de mis gritos. Caminé hacia la cocina por un vaso de agua para tratar de calmarme, pero tiré el vaso hacia la pared y vi cómo se rompió en pequeños pedazos, como mi corazón. Miré alrededor. Tomé mi escritorio y lo volqué, la gaveta cayó, y mi lista estaba tirada en el piso. La tomé y la observé. Tenía en la mano mi lista de deseos. Una lista de todas las cosas que necesitaba y quería hacer antes de morir. Hice pedazos el papel y lo arrojé al suelo.

Entré en el baño. Me sentía tan enojada por mi vida y por lo que le hice a Sam que no podía ver bien. Llegué a la bañera y tomé la maquinilla de afeitar que estaba en el borde. Tomé la cuchilla y la sostuve contra mi muñeca; iba a poner fin a este dolor ahora. Miré la hoja que se adaptaba perfectamente a mi cicatriz cuando los recuerdos de esa noche inundaron mi mente.

Tiré la cuchilla. ¿Qué demonios estaba haciendo? Caí al suelo sollozando mientras sentí los brazos de alguien envolverse a mí alrededor.

—Está bien cariño; estoy aquí —susurró Yuki. Bajó la mirada, tomó la cuchilla y entonces miró mis muñecas—. Jesús Mon. Nos sentamos en el suelo del baño por lo que pareció una eternidad. Me ayudó a levantarme y caminamos hacia mi habitación.

—Veo que entraste en una ola de destrucción. Me senté en el suelo con mis rodillas en mi pecho mientras ella rehacía mi cama. Me sentí como si hubiera acabado de tener una crisis nerviosa; como si todo lo que pasó en mi vida me hubiera golpeado. Yuki me tomó por los hombros y me ayudó a ponerme de pie. Ella fue a mi gaveta y sacó una camiseta para dormir y me ayudó a ponérmela.

Me sentí como una muñeca de trapo, mis brazos y piernas estaban débiles. Trepé a mi cama mientras Yuki me cubría con las sábanas. Ella se deslizó a mi lado y puso sus brazos a mí alrededor.

—Sam llamó y me contó todo. Mon lo siento, y desearía que me hubieras dicho sobre el cáncer, pero ahora no es el momento para hablar de esto —dijo mientras quitaba mi cabello de mi rostro—. Duerme un poco, no me iré a ningún sitio, y si te sientes con ánimos, hablaremos cuando despiertes.

No dije nada; no pude. Simplemente agité mi cabeza y caí en un sueño profundo. Me levanté y miré alrededor de la habitación. Me senté en el borde de la cama mientras Yuki entraba. —Finalmente, estás despierta. Bostecé y pasé mi mano por mi cabello. —¿Cuánto tiempo estuve durmiendo?

Puso sus manos en sus caderas y torció su rostro como si no quisiera decirme. —Dos días. Mis ojos se abrieron, —¿Qué? ¿Dos días? ¿Yuki por qué no me despertaste?

Se acercó y se sentó en el borde de la cama. —Cariño tú obviamente lo necesitabas. Cuando te encontré en el suelo del baño, Dios Mon, pensé que tú... —Giró su rostro y miró hacia la pared. Suavemente toqué su mano. —Lo sé Yukiy lo siento. Recostó su cabeza en mi hombro. —Lo único que importa es que no lo hiciste. Estás despierta ahora, y necesitas comer. Tee hizo la más deliciosa sopa de pollo con fideos.

La miré con el ceño fruncido. —¿Quién es Tee? Inclinó la cabeza y sonrió. —Dra. Ardiente, estuvo aquí ayudándome cuando estuviste durmiendo. Rodé mis ojos. —En serio Yuki, ¿le dijiste todo?

—Sí Mon, lo hice; nos estamos viendo la una al otro ahora, y necesitaba alguien con quien hablar, además, ha sido de gran ayuda. Me levanté y me sentí mareada. Yuki tomó mi brazo. —Necesitas comer Mon; han sido dos días. Me ayudó a ir hacia la cocina. Todo lo que podía oler era el aroma de la sopa de pollo, y era increíble. No me sentía con ánimos para comer, pero mi cuerpo me dijo que debía hacerlo. Me senté en la mesa mientras Yuki colocaba el cuenco de sopa frente a mí. —Come.

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