Pov. Sam
—Hola, Nita.
—¡Estoy harta de esta mierda, Sam! —gritó.
—¿De qué estas harta? —suspiré.
—Estoy harta de que me estés ignorando y no regreses mis llamadas. Me prometiste que podríamos estar juntas cuando regresara, y he estado de vuelta por dos días y nada. No viéndote, no sexo, nada. ¡Estoy malditamente harta de eso! Sé muy bien que tiene algo que ver con esa zorra rubia que estás viendo.
Ahora, estaba seriamente molesta. —¡Lo siento por la otra noche, pero algo ocurrió! —grité.
¿Por qué demonios me estaba disculpando con ella?
—Tus disculpas no van a funcionar esta vez, Sam, y la próxima vez que vea a esa perra rubia, se lo diré todo sobre nosotras, ¡luego veré que tanto lo sientes! —gritó antes de colgar.
—¡Mierda! —grité mientras tiraba mi teléfono por el escritorio. Empecé a caminar de un lado a otro. ¿Qué tendré que hacer con ella?
Necesitaba mantener a Nita fuera de mi vida para bien, pensé. No podía arriesgarme a que arruinara las cosas entre Mon y yo, no cuando va a tomar tiempo el reconstruir lo que perdimos. Estaba tan enojada que estaba comenzando a ver rojo.
Caminé hacia la cocina y vi a Mon parada a un lado de la encimera. Tenía una rara mirada en su cara.
—¿Estás bien hoy? Te ves mejor —le dije.
—Estoy bien —dijo en voz baja mientras miraba hacia el piso. Odio cuando me dice que está bien. Nunca sé si lo quiere decir o si solo me está diciendo lo que quiero oír, y después de la conversación de mierda que acabo de tener con Nita, no necesitaba esto. Quería que me dijera la verdad, pero desafortunadamente lo perdí. La miré a través de la cocina.
—Siempre dices que estás bien, Mon, incluso cuando no lo estas.
¿Alguna vez estás realmente bien? ¿Podrás decirme la puta verdad por una vez en tu puta vida para que pueda dejar de jugar a estos malditos juegos de adivinanzas? ¿Puedes decir algo más que "estoy bien, Sam"? porque sabes qué, Mon, me pone enferma.
Puse mis manos al borde de la encimera y me alejé de ahí. Tomé una respiración profunda para calmarme. ¿Quería decir lo que le dije? No sabía si quería o no, pero sí sé que ella no se quedaría ahí y lo soportaría. La escuché caminar hacia mí y mientras giraba la cabeza y la miraba, me abofeteó en la cara. No me moví ni dije una palabra: solo me quedé ahí y miré sus angustiados ojos. Se giró y salió de la cocina. La herí otra vez, y no lo merecía.
Salí enfurecida de la cocina y derribé un jarrón que estaba asentado en la encimera. Dejé el penthouse por la puerta delantera y la cerré de golpe detrás de mí. Caminé por las calles de Nueva York. No sabía a dónde estaba yendo o que estaba haciendo. Nita me había molestado amenazándome con decirle todo a Mon, y no podía creer si Mon me estaba diciendo la verdad sobre cómo se sentía. No es su culpa que Nita sea una perra, y no la puedo sacar de mi vida. Estallé contra ella sin ninguna razón, y como la idiota que soy, la herí tanto que sintió la necesidad de golpearme. Caminé alrededor por una hora y media para calmarme.
Necesitaba disculparme y decirle sobre Nita. Ha sido más que paciente conmigo, y se lo debo. Saqué mi teléfono y le mandé un mensaje de texto. Quiero disculparme por mi comportamiento. Estoy regresando al penthouse y tenemos que hablar. Si te sientes bien hasta podemos salir a comer.
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Gap The Series Para Siempre
Fanfictioncuando Mon se mudó con su novio a Nueva York, pensó que vivirían felices para siempre en su pequeño apartamento de Nueva York. Nunca pensó que él empacaría sus maletas y se iría porque "necesita espacio". Con su recién descubierta soltería y el mied...