Epilogo

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Me puse de pie en el borde de la línea de la playa mirando hacia el fondo del agua. Hoy era el cumpleaños de mi mamá, y no había ningún lugar donde me sentía más cerca de ella que aquí. Deseaba tanto que ella y mi padre pudieran haber estado aquí para vernos a Sam y a mí y lo felices que somos. Si había un momento en mi vida en el que más necesitaba a mi mamá, era ahora.

Me quedé allí y miré las olas mientras se estrellaban en la orilla recordando el día que me trajo aquí hace 10 meses. Sam tomó mi mano mientras me conducía, con los ojos vendados, hacia algún lugar al que llamaba sorpresa. Todavía llevaba mi vestido de novia porque ella no me dejaba cambiarme; dijo que quería el honor de desnudar a su reciente esposa.

—¿Estás lista cariño?

—Sí, ya estaba lista hace una eternidad.

Se echó a reír cuando quitó la venda. Di un grito ahogado mientras me encontraba de pie frente a lo que parecía ser una de mis pinturas. De pie frente a nosotros se hallaba la casa de estilo Cape Cod que pinté en mi foto.

—Sam, ¿qué es esto? —Apenas podía hablar. Miré a mí alrededor y ya no estábamos en Nueva York, esto parecía Hampton. Tomó mi mano y me llevó al porche. —Esta casa es tu regalo de bodas.

Mi corazón empezó a latir de emoción. Esta casa era exactamente como la que había pintado. Estaba sin aliento, sin habla mientras mi mente trataba de averiguar lo que pasaba. Sam me recogió y me llevó a través de la puerta.

—¿Te gusta? —preguntó.

—¿Gustarme? Me encanta, pero no lo entiendo.

Sonrió y besó suavemente mis labios. —Este es nuestro segundo hogar. Vamos a pasar nuestros fines de semana y los veranos aquí. Me dejó en el suelo y tomó mi mano mientras me llevaba a la parte trasera de la casa. Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas cuando salí a la terraza y asimilé la belleza de lo que se encontraba delante de mí. Había construido todo al igual que lo que pinté. Admiré la pared corta de piedra que rodeaba la propiedad.

Había un arco asentado sobre pequeños pasos conduciendo hacia la playa. Mis flores favoritas se alineaban en la pasarela. Pero la única cosa que hacía a la propiedad perfecta, era el faro que se hallaba a un lado de la casa. Sam se puso detrás de mí y me dejó disfrutarlo todo. Me volví hacia ella mientras suavemente limpiaba un par de lágrimas que estaban en mi mejilla.

—No tienes que decir una palabra Mon, sé lo mucho que te gusta, puedo decirlo por la mirada en tu cara. Esto fue construido para ti, porque te amo. Quiero darte todos los sueños que has soñado, cada momento feliz que nunca has tenido, cada pedacito de amor que alguna vez has perdido, y lo más importante, una familia. Esta casa, nuestra casa, es mi futuro contigo y vamos a pasar el resto de nuestras vidas haciendo hermosos recuerdos aquí. Tragué saliva, porque no sabía qué decir. Era un desastre emocional ante la generosidad y amor natural de esta mujer.

Se sentía como si estuviera viviendo en un sueño, que la realidad era otro ámbito del cual viajé de y me negué a volver. Miré dentro de sus ojos seductores y sostuve su rostro entre mis manos.

—Nunca pude entender mi propósito en este mundo. He tenido nada más que dolor y pérdida en toda mi vida. Pero ahora sé por qué Dios me salvó la primera vez. Fue así que pude encontrarte. Entonces me salvó la segunda vez, así podría amarte para siempre. Esta casa es perfecta, tú eres perfecta y nadie va a quitar eso de nosotras. Nuestro amor es infinito y voy a pasar el resto de mi vida mostrándotelo.

Apreté mis labios contra los suyos y caímos en un profundo beso apasionado. Me tomó en sus brazos y me llevó a la casa.

—Vamos a sacarte de este vestido Sra. Anantrakul —sonrió. Sam se acercó por detrás y envolvió con sus brazos alrededor de mi amplia cintura, apoyando las manos en mi estómago y poniendo su barbilla en mi hombro.

—¿Cómo están mis dos chicas?

Puse mis manos sobre las suyas mientras frotaba mi estómago tiernamente.

—Tu hija ha estado muy activa hoy y me mantuvo despierta toda la noche.

Sam acarició su cara en mi cuello y me besó suavemente.

—Es como su hermosa madre y va a ser una luchadora. No puedo esperar a verla y tenerla en mis brazos —susurró. Sonreí entrelazando nuestros dedos. —Yo tampoco. Ella es la razón por la que Dios me salvó la tercera vez. Es nuestro pequeño milagro.

Sinopsis de la próxima adaptación

Una atleta desacreditada, una mujer traicionada, esta no es la típica historia de combate, este es un campo donde la fama y la gloria están en juego. Una mujer que trata de encontrar la humanidad que alguna vez poseyó. Ella no pelea por honor, sino por redención. Ella vive por estas reglas.

Rompe, sangra, lucha, y todo por el amor

Gap The Series Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora