Trece

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...—¡Expulsado una semana!, pero ¿en que demonios estabas pensando hijo?, ¿Por qué golpeaste a esos chicos?, ¿No se suponen que son tus amigos?, ¡Dios mío, mi hijo es un criminal!—gritaba histérica Jay, entrando por la puerta de su casa, seguida de Zee y Mark.

—Tranquila cielo, no te pongas así, te hace mal, además con enfurecerte no arreglas nada solo lo empeoras—decía su esposo mientras intentaba calmarla.

—¿Tranquilizarme?, ¿Tú crees que puedo tranquilizarme viendo como mi hijo arruina su vida, igual que su padr..—Jay paró tapando su boca, no quería haber dicho la barbaridad que estaba pensando pero ya este sabía que había querido decir.

—Si mamá, dilo, no te cortes....que arruinaré mi vida, igual que mi padre y termine matando a alguien. Que acabe en la cárcel, vamos dilo—dijo el chico mirando a sus padres.

Jay lo miró y acto seguido se echó a llorar, luego subió escaleras arriba dejando a este y a su padre en el recibidor.

Mark suspiró con resignación y se fue a la cocina para hacerle una tila a su esposa y luego regresar al trabajo de nuevo.

Zee sabía que a su padrastro no le gustaba discutir y nunca lo había visto enfadado pero si decepcionado y eso era peor, entonces fue también a la cocina y se apoyó en el marco de la puerta.

—Lo siento—dijo sin más.

El hombre se giró y miró a su hijo mientras apoyaba sus brazos en el respaldo de una silla bastante triste.

—Yo no soy al que debes pedir perdón pero espero que lo que hiciste al menos te haya merecido la pena hijo, aunque no comparta ese método.

Zee sabía que Mark estaba dolido por la situación y muy preocupado por él y por su madre, de hecho siempre lo había estado, desde que se habían conocido e ido a vivir juntos pero nunca lo había visto tan triste.

—Lo siento pero es que y...

—Creo que es hora de que sepas algo Zee...sé que tu madre se enfadará conmigo porque no quiere que nadie más lo sepa y mucho menos vosotros pero llegados a este punto, creo que es necesario para que recapacites y pienses las cosas dos veces antes de hacerlas..siéntate, por favor.

Tras decir esto, Mark salió de la cocina y regresó poco después con un sobre, el cual pasó a su hijastro.

Zee miró que tenía el sello del hospital y extrañado miró al mayor, mientras lo abría.

Al instante comenzó a leerlo y entonces se quedó blanco.

—Espero que tu actitud cambie hijo, tu madre necesita tranquilidad, alegría, no disgustos... su vida está en juego—dijo Mark sirviendo la tila en una taza, la cual puso en una bandeja y luego llevó a su mujer a la habitación matrimonial.

Zee vio uno por uno los papeles donde decía que Jay padecía un problema en el corazón y estaba muy delicada pues en la ultima revisión rutinaria con fecha de un mes atrás, explicaba las consecuencias de una vida con sobresaltos.

El chico rompió a llorar pues sabía que su madre cada dos por tres se alteraba por su culpa y aunque algunas veces la había visto agarrarse la cabeza o ponerse la mano en el pecho, no sabía que era por eso.

En el último papel, este vio que hablaba de varias recomendaciones como: llevar una vida tranquila, no alterarse, respirar y contar hasta diez antes de enfurecerse, etc...

—No puede ser, estoy matando a mi madre—dijo agarrando su cabeza, mientras lloraba y negaba también-soy un idiota, un maldito idiota.

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3. Cruce de miradas - ZeeNuNew - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora