Yo soy tu máscara

3

"Lo que decimos de nosotros, no es la historia que ocultamos"

Podían haber discutido la decisión de su hermana, pero el único capaz de decir algo era Líadan. Éste sin dudar, agarró un cuchillo de la cocina atacándola de repente. Lía se defendió usando sus tijeras, después de todo, esperaba que eso sucediera. No era el primer ataque y eso claramente significaba que estaba en contra. Nicolás le dirigió una mirada a su hermano Kamran, éste negó la cabeza al saber las malas pulgas de los dos. Nikola quiso meterse a detener la pelea, pero Nicolás y Kamran le detuvieron. Recordó lo de hace minutos en el cuarto, quizás la actitud era a causa de uno de los tantos secretos. Menos mal que la cocina era grande, podían resolver sus asuntos a corta distancia.

-Es mi decisión-le reclamó Lía en un descanso-No pienso cambiarla.

-No va a suceder nada. Es ilógico que hagas eso.

-Se nota que no eres tú. Agradece haber sido el hombre-Lía dejó ver un poco de sus movimientos al mover con las tijeras el filo del cuchillo hacia un costado.

-No me saques eso en cara.

-Perdona, olvidaba que dependes de mí.

-Es al revés.

-Somos independiente, ni yo tengo relación contigo ni tú conmigo.

Esas palabras le dolieron mucho a Líadan, y al que no lo era también. El chico dejó el cuchillo arriba de la mesa, la Lía de ahora no era la misma de hace dos años. Su hermana había dado un cambio y él que seguía desde las sombras amándola profundamente. A pesar de la furia, la guerra interna de contenerse a las emociones, se acercó hasta Lía. Ésta al verlo tan sobreprotector, entrecerró sus ojos sin soltar sus tijeras.

-No vas a hacerlo y es mi última palabra.

-No tengo porque obedecerte-la fase rebelde de Lía salió a relucir.

-¿Acaso no piensas en nosotros?-Líadam señaló a sus hermanos y a su cuñado.

-Lo hago.

-No parece.

-En esta ocasión, tu voto está de más.

-¿Qué te hizo aceptar?-Líadam no comprendía el cambio de actitud.

-Nada que te importe-Lía seguía con sus frases rebeldes.

-Cuidado como me hablas, soy mayor que tú.

-¿Y?-Lía le vió con una ceja alzada-El día que nacimos se dividió nuestras vidas. Tú tienes tus deberes y responsabilidades, yo tengo las mías.

-¡Pero eso no! ¿No entiendes?-Líadam le gritó a Lía fuera de sus casillas.

-El que no entiendes eres tú. Dije que iba a hacerlo y lo haré.

-¡No!

-¡A mi nadie me prohíbe nada!-Lía alzó la voz tanto como su hermano le gritaba.

-Ahora si hay que detenerlos-Nicolás miró a Kamran que gozaba con la escena-¿Kamran?

-Al final sabremos como termina-Kamran lo decía por lo que hablaron él y su hermano hace unos días-Solo espero que Lía no haga locuras.

-Ven Nikola, te contaré lo que dimos en clase mientras no prestaban atención.

Nicolás se llevó a Nikola al portal de la casa. La brisa fresca de la noche y el dulce cantar de los grillos era suficiente para llevar un poco de paz a esa casa. Nicolás sabía que tomaba un gran riesgo si decía algo, pero no era mayor que la confusión de su cuñado. Sentados los dos en el columpio que se mecía por el peso, aunque se viera un poco indecente ante los ojos del mundo; Nicolás agarró la mano de Nikola. El joven lo miró, no obstante, en cada apretón podía sentir una chispa.

-Hace mucho tiempo, hubo cinco príncipes. Solo uno nació con fracciones femeninas-Nicolás hizo una pausa volviendo a apretar su mano-Ese príncipe no buscaba ser heredero de la corona.

-¿Y lo fue?-Nikola al ser inteligente pudo adivinar que la clase no se trató de ello.

-Su deseo se cumplió, y se supo la verdad de porque era tan bello.

-Se oye una historia complicada.

-Lo es-Nicolás soltó un suspiro-Antes que el naciera, se comentó la historia sobre un joven sirviente que se hizo pasar por la princesa. Se pensó que él cumplía el mismo destino.

-Durante cinco años no nació ninguna mujer-Kamran hizo acto de presencia sentándose en el otro lado del columpio-Una noche los astros dijeron que la niña habitaba en su interior-agarró la mano de Nikola dándole suaves apretones-Ese príncipe empezó a escuchar una voz y a veces actuaba como si alguien más lo persiguiera.

-Hubo una época donde decidió vestirse de mujer, sus hermanos casi se vuelven locos al verlo-Nicolás miró a Kamran de forma culpable.

-Para resolver el problema se pudo a disposición de los príncipes elegir si querían una hembra en la corte.

-Una reina a veces puede ser peor que un hombre-Nikola tragó saliva ante la verdad que se le estaba revelando.

-Dijeron que sí, querían una hermanita-Kamran sonrió con tristeza-Nunca llegaron a conocerla hasta el día que su hermano menor la presentó como su novia.

-Hubo una revuelta porque esa niña y él se fusionaban cuando se abrazaban, y fue allí donde supieron la verdad-Nicolás dejó la mano de Nikola para volver a la casa.

-Ambos nacieron de la misma persona. La reina declaró que en traía gemelos-Kamran también soltó a Nikola suspirando de alivio-La hembra no murió en el pacto como la historia dice, aunque cada año uno de los dos debe de volver a darle vida a ese cuerpo.

Entre Kamran y Nicolás detuvieron a los peleones, pero Nikola no acababa de comprender la historia. Una única pregunta se hacia y no se relacionaba con el pasado de su novia. Aquella pregunta era: "¿Debido a su pasado es que ella quería morir?"
Aún sentado en el columpio vio a su novia salir. Siguiéndola en silencio logró alcanzarla y tomar su mano. Lía les inspeccionó las manos, hizo un puchero al ver lo que él no veía. Abrazó con fuerza a su novio, después de todo no iba a verlo durante todo un día, o eso quería creer. Nikola le correspondió al abrazo manteniendo su palabra de no hacer preguntas, pero esa debía de preguntárselo.

-Lía, ¿mañana a que hora te irás?-al final no pudo preguntárselo.

-Temprano. ¿Quieres que te prepare el desayuno?

-En realidad...quería saber...¿Tú me amas?

En el corazón de Nikola un poderoso dolor le provocó llanto. Derrumbado por la tristeza, hizo de su mente una película recordando el momento donde su novia le dijo:

"Si alguien me hubiera hecho sentir como tú lo haces, mi vida no sería un grano de arroz"