ENEMIGO - IZUKU MIDORIYA

17: ᵐᵉᵉᵗⁱⁿᵍ

Llegaron puntualmente al restaurante. Se trataba del Palace's Kobe, un restaurante de comida variada. No era solamente comida japonesa, era árabe, francesa, italiana, china, alemana, etc. Izuku creyó que era una buena opción por lo mismo que habría variedad.

Le dio sus llaves al encargado del Valet Parking y entró junto contigo al restaurante. Su mano se poso sobre tu espalda baja durante el camino a la recepción.

Izuku había reservado una mesa, por lo que al decirle a los meseros, los llevaron a la parte superior del restaurante. Había mucha gente, ya fuera dentro o haciendo fila para que los dejaran entrar. La mesa de su disposición estaba al aire libre, debajo de las lámparas que colgaban sobre hilos y se asemejaba a un cielo estrellado. 

 Te mantuviste callada. No habías emitido ningún sonido desde que llegaron y sinceramente, eso le estaba preocupando a Izuku. Su mente de hombre le hizo pensar que a lo mejor te sentías nerviosa o intimidada por conocer a su madre. Lo que se le haría raro, ya que su madre es un amor, pero cualquier hijo pensaría eso de su mamá. Así que dedujo que se trataba de otra cosa, sin embargo, no era el momento para preguntarte.

— ¡Oh, allá esta! —  exclamó Izuku, observando las mesas y dando con la única mesa en la que se encontraba su madre. Señalo con su dedo el lugar indicado, tu mirada siguió en la dirección y hallaste a una  mujer sola. 

Los dos caminaron entre las mesas con rapidez mientras tus ojos seguían sobre la grácil mujer. Mientras más se acercaba a ella, sus rasgos eran más notables. Una mujer pequeña, rechoncha y muy parecida a tu prometido. Con una cabellera verde oscuro, como el de un pantano y unos ojos de un tono más brillante que reflejaban dulzura y amabilidad. 

Olvidaste cualquier síntoma de nerviosismo y decidiste dejar en el pasado las crueles palabras de Dynamight. Esbozaste una sonrisa de cortesía en cuanto estuvieron frente a frente a la que sería tu suegra.  

— ¡Hola, me alegro mucho de verlos! — exclamó con una sonrisa.

— Hola, mamá ¿Cómo estás? — dijo Izuku con una sonrisa, colocando su mano sobre tu hombro —. Ella es (Nombre),  mi prometida. 

— Mucho gusto, señora Midoriya — murmuraste, extendiendo tu mano. La mujer hinchó sus mejillas mientras te sonreía con cariño. Envolvió tu mano con sus propias palmas con delicadeza. 

— Mucho gusto, (Nombre). Estaba ansiosa por conocerte — confesó —. Izuku me había contado algunas cosas sobre ti y no pude contener la emoción por la reunión.

— ¡Oh, muchas gracias señora Midoriya! — dijiste. Genuinamente, estabas halagada y algo avergonzada. 

— Llámame Inko, insisto. 

El ambiente se volvió bastante más cómodo. Los tres tomaron asiento en la mesa, siendo que Izuku hizo para atrás sus sillas para que ambas pudieran sentarse. Inko le murmuró un "gracias hijo" mientras que tú solamente le agradeciste en voz baja. Un alarma sonó dentro de la cabeza de tu prometido, diciéndole que entonces tu humor no se debía a tu encuentro con tu madre.

— Izuku me dijo que te gustan las rosas, ¿es así? — preguntó Inko con las mejillas sonrojadas.

— ¡Oh, sí! Me gustan mucho. En general, la jardinería me llama bastante la atención — respondiste con entusiasmo y sentiste una calidez extraña en el pecho.

— Sé que es bastante rigoroso. Muy admirable. Tenía una amiga que también le gustaba mucho la jardinería y tenía que recordarse constantemente lo del riego — comentó —. Lo bueno es que Izuku no es olvidadizo. No creo que exista ese problema cuando tengan su propio jardín.