39: ᵇᵉ ᵖʳᵉᵖᵃʳᵉᵈ

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"Nombre completo: Yuu Shinbata.
Edad: 23 años.
Fecha de nacimiento: 2 de junio de 2013
Lugar de nacimiento: Shibuya, Tokio.
Peso: 78 kg
Altura: 1.89 cm
Parentescos:
Masako Shinbata (madre)
Daichi Shinbata "Ichinose" (padre)
Medios hermanos variados.
Ocupación: Dueño de una pequeña empresa, llamada Deliver Board."

Terminaste de leer ese breve mensaje que contenía varias fotografías del aludido. Una era bastante normal, las otras parecían haber sido tomadas desde otro tipo de ángulo en la calle. Debajo de aquel mensaje le acompañaba otro:

"Suele frecuentar prostíbulos y debe más de 3 millones de yenes en sus apuestas en el hipódromo"

Tecleaste una respuesta concreta y rápida mientras la cena se calentaba en el horno.

"De acuerdo, ¿has conseguido lo que te pedí?"

"Lo he conseguido. Lo único que necesito es el pase a la fiesta"

"Lo conseguiré"

— Hola — murmuró alguien a tus espaldas. Sentiste los brazos de Izuku rodearte la cadera con suavidad mientras su mentón se clavaba sobre tu hombro.

Apagaste el celular y trataste de esconderlo entre las faldas de tu ligero vestido con sutileza. Le acariciaste el antebrazo con cariño.

— Hola, precioso — dijiste con ternura.

— ¿Qué hacías? — preguntó con calma.

— Oh, nada, nada. Solo veía que la pasta no se quemara.

Expresaste tus intenciones de que te soltara para darte vuelta y así lo hiciste. Izuku quitó sus manos de ti para que quedarás frente a él. Su cabello estaba húmedo, se veía exhausto.

— ¿En serio? — cuestionó, tranquilo. Asentiste.

Los ojos esmeraldas de tu esposo te miraron un par de segundos hasta que su mano descendió por las faldas de tu vestido, hacia tu otra mano que sostenía el celular.

"Mierda" pensaste.

Izuku agarró el celular con cuidado, ni siquiera fue muy difícil habértelo quitado. Lo sostuvo frente a ti con una mirada interrogativa que no te agradaba en absoluto.

— No sabía que tenías otro teléfono.

Comenzaste a juguetear con tus dedos, evidentemente nerviosa. "Por el amor de Dios, no lo enciendas Izuku" pensaste. Viste la mirada de tu marido, que requería de una explicación lógica.

— Bueno...lo compre hoy — respondiste.

— ¿Ah sí? ¿Y para que?

— Había estado recibiendo varios mensajes de las Damas Blancas, así que decidí cambiar todo.

Al parecer tu esposo parecía convencido con esa declaración. Dejó salir un suspiro antes de extender su mano hacia ti. Agarraste tu celular, con calma.

— Lo siento, he estado algo...

— No te preocupes, Izuku. Yo entiendo — contestaste, mientras dejabas el celular sobre la isleta de la cocina.

Te acercaste a él y le acariciaste las mejillas con cariño. Las manos de tu esposo se aferrarnos a tu cintura antes de que ambos se unieran en un pequeño beso.

— A veces me dan ganas de abandonar todo. De desaparecer e irme a vivir a una montaña — murmuró después de separar sus labios —. Juntos. Sólo tú y yo.

ENEMIGO - IZUKU MIDORIYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora