Capítulo 23: JINGLE RUSSBELL ROCK

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Aurora

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Aurora.

Estoy dentro del jacuzzi de nuestro bungalow cuando los pasos de Aren me hacen girar la cabeza para verlo acercarse.

Trae su celular en mano haciendo que mi ceño se frunza.

—Creí que habíamos dicho que no habría trabajo en este viaje —suelto después de ver su rostro notablemente serio y preocupado, eso casi siempre sucede cuando de trabajo se trata.

Toma asiento en una tumbona a mi lado, aún cuando estoy dentro del jacuzzi me las arreglo para prestarle mi atención completa a Aren.

—Pasó algo —habla mirándome y obligándome a hacer lo mismo.

—¿Qué? —pregunto confundida ante la seriedad en su voz.

—Sé que dije que hablaríamos sobre lo que haríamos en navidad —responde—, respecto a nuestras familias.

Asiento.

—Lo recuerdo —agrego.

Aren sigue mirándome.

—Hay un jet privado que seguramente en cualquier momento va a aterrizar aquí —mi ceño se frunce—, y en ese jet privado vienen nuestras familias.

Mi boca se abre con sorpresa y la mueca en mi rostro se elimina para ahora hacer una mueca preocupada. Esto no era parte de nuestro plan.

—¿Qué? —pregunto entre el trance.

—Acaban de notificarme todo —responde—. Hablé con mi madre y dijo que era una sorpresa.

—¡Sí que es una sorpresa! —exclamo sin poder evitarlo.

Aren pasa una mano sobre su cabello castaño.

—Pero también se excusó diciendo que ya habían acordado todo desde la cena en donde nuestras familias se conocieron, ¿recuerdas?

Asiento de nuevo recordando aquella noche.

—Vienen a pasar navidad aquí, con nosotros —miro a Aren sin poder creerlo.

Acabábamos de hablar sobre esto, pero, tal parece que ahora no podemos echarnos para atrás.

—Supongo que nuestro plan para no involucrar a nuestras familias no funcionará —susurro y solo escucho al magnate afirmar.

Ambos guardamos silencio, mis ojos se mantienen únicamente en el mar así como Aren solo mira el cielo.

Suelto un suspiro lento y pesado.

—Bien —miro a mi marido—, tenemos una cena de navidad que organizar —me recompongo para salir del jacuzzi mientras tomo mi bata y me la coloco sobre mi bañador. Estoy abrochando la cinta de mi bata cuando mi cabeza parece recordar lo más importante—. ¡Tenemos que ir de compras!

Aren me mira con una ceja elevada.

—Tenemos que comprar los regalos de navidad para nuestra familia —hablo con obviedad—. ¡Aren, la navidad no es navidad sin regalos navideños!

Falsamente tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora