Aren.
Miro a Aurora, una sonrisa se pinta de inmediato en mis labios al verla.
—Luces hermosa, Fresita —no puedo dejar de mirarla de arriba a abajo.
Cassian y Faith han organizado una fiesta de disfraces, con la temática de los años 50's. La fiesta es para celebrar el lanzamiento de uno de los libros nuevos de Faith.
La rubia se acerca sonriente, no puedo evitarlo y tomo su mano para terminar con la distancia entre los dos. Sus labios de inmediato buscan los míos y la beso con desespero.
Mi boca proclama la suya con necesidad. Aurora Bellerose es una adicción para mí.
Nuestras bocas se mueven sincronizadas, mis manos la sostienen por la cintura con fuerza así como sus brazos se enredan en mi cuello, sonrío sobre su boca cuando siento como sus dedos comienzan a acariciar lentamente mi nuca.
—Si no estuviese ya enamorada de ti, seguramente este look me haría caer a tus pies sin duda alguna, insípido magnate —sonrío, sin alejar la mirada de sus ojos verdes que brillan con intensidad.
No hay mucho que decir sobre mí. Elegí lo más común en esta temática: unos jeans negros, unos converse negros, una playera de manga corta en color blanco y una chaqueta de cuero negra. Mi cabello fue el más difícil de arreglar pues lograr el ícono look que caracteriza esos años ha sido todo un reto.
Miro a Aurora de nuevo. El look le queda a la perfección, todo a ella le queda a la perfección.
Es tan perfecta que es ella lo que hace que cada prenda se convierta en un accesorio porque la verdadera joya es ella, siempre ella.
Aurora ha elegido un vestido rosa pastel, con pequeños y apenas notorios puntos blancos, un cinturón blanco le rodea la cintura. El vestido le llega más abajo de las rodillas, casi a mitad de la pantorrilla y la falda de este mismo es tan espesa, y circular que logra ese efecto que se necesita. Un suéter de lana en color blanco le cubre los hombros.
Unas zapatillas blancas le adornan los pies y finalmente, su cabello ha sido trabajado de tal manera que se le forman pequeñas ondas en el cabello rubio mientras una diadema blanca resalta entre la melena rubia.
—No puedo creer que vas a convertirte en mi esposa —susurro, tomándola por la cintura y acercándola más a mí.
—Debes creerlo —susurra de regreso, con una mano acariciando mi mejilla—. Porque no planeo dejarte ir esta vez —sonrío—, y no planeo perderme el privilegio de vivir la vida a tu lado.
Mi corazón parece alterarse, tal como siempre sucede cuando la tengo cerca de mí, me inclino y tomo su boca con la mía, besándola con delicadeza y ternura, deleitándome con su sabor y gozando de cada segundo que tengo a su lado.
Cuando nuestras bocas se separan, uno mi frente a la suya, aún abrazándola.
—Tenemos que irnos —avisa, con una pequeña y divertida sonrisa—, o llegaremos tarde.
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Falsamente tuya
RomanceUn contrato inicia la travesía del famoso y más importante magnate de New York. Aren Russell está acostumbrado a una vida llena de lujos, poder, respeto y dinero, mucho dinero. Un magnate que lidera la lista de Forbes y que lo único que le preocupa...