Capítulo 13: CAN I HAVE THIS DANCE?

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Aren

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Aren.

Miro a todos los empleados de mi empresa frente a mí, he convocado una reunión de último momento.

—Estoy completamente consciente de todos los rumores que hay en estos momentos sobre mí. Sobre mi vida personal —hablo sin dejar de mirar a todos y con un tono duro.

Miro a cada uno de los presentes aquí, incluso puedo ver a Aurora y Zaak en la entrada de la sala de prensa.

—Así como estoy completamente enterado y consciente de la misma manera sobre las habladurías que se han generado de un momento a otro —entono—. No planeaba decir nada al respecto ya que sé que no le debo explicaciones a nadie más que a mí mismo, pero, en consideración de que no he sido el único afectado y de que hay algunas personas que se han encargado de distorsionar las cosas, hablar como si tuviesen derecho a hacerlo y ensuciar la imagen de quienes estamos involucrados sé entonces que debo hacer y decir algo al respecto para frenar esta situación.

Todos guardan silencio.

—Siempre he creído que debe haber un balance entre la vida personal y la vida laboral y siempre he mantenido ese balance establecido. No mezclo mi trabajo con mi vida personal —suelto—. Lo que sucede en mi vida no tiene porqué afectar a mi imperio así como lo que sucede en mi vida no debe ser una invitación para que mis empleados crean que pueden opinar sobre mis decisiones y mucho menos tomar una invitación para hablar y opinar cuando no se ha pedido.

El miedo y los nervios se sienten en el aire.

—¿Estoy comprometido? Sí. ¿Voy a casarme? Sí —comienzo—. ¿Mi secretaria es mi prometida? Lo es. ¿Debe importarle eso a mis empleados? No.

Enfoco mi vista en Aurora quien solo veo como traga saliva.

—Aurora Bellerose es mi prometida —sé que todos aquí ya la conocen así que me ahorro el pedirle a la rubia que suba al estrado conmigo, además, sé que esto no es lo suyo y no la obligaré a subir—. La manera en que nos comprometimos, el porqué lo hicimos y nuestra relación no debe ser un tema de conversación para ustedes porque aquí no se viene a hablar de la vida privada del jefe, se viene a trabajar. Es una empresa que crece a cada segundo, no un programa de chismes.

Algunos bajan la mirada.

—Así que esta será la única, primera y última vez que exijo que se mantengan al margen de asuntos que no les corresponden —mi voz es un puñal de seriedad y dureza que no me arrepiento de usar—. Persona que se sepa habla u opina sobre nuestro compromiso será despedido así como se despedirá también a las personas que ataquen a mi prometida, a mí o a cualquier otro miembro de esta empresa —señalo—. En Russell nos basamos en el respeto y la lealtad. No en los chismes y ataques.

Acomodo mi saco.

—Es todo por esta reunión —finalizo—. Retomen sus actividades.

Todos comienzan a ponerse de pie y salir de aquí, es hasta que minutos después cuando finalmente la sala queda completamente vacía a excepción de mi prometida y mi mejor amigo que se acercan.

Falsamente tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora