Aren.
Salgo de la oficina de reuniones junto a Aurora. Hemos firmado ya el contrato.
—¿Cómo está tu padre? —le pregunto después de que Zaak se pierda en el elevador en camino a su oficina.
—Mejor —responde la rubia a mi lado—. Gracias —me mira—. Por todo.
Levanto mis hombros.
Tenemos un trato ahora.
—No es nada —respondo aunque realmente no lo es, tenemos un trato ahora, mismo que debemos cumplir
Miro el reloj en mi muñeca.
—Ve al hospital con tu familia —la miro mientras se adentra a su apartado de recepción y mientras camino hasta la puerta de mi oficina.
—Prefiero estar aquí —responde.
La miro atentamente, sus ojos lucen apagados.
—¿Pasa algo? —pregunto. Aurora es el tipo de mujer que siempre tiene alegría y luz en la mirada; sé que tiene los problemas de su padre, pero, a este punto ella ya debería de estar feliz, relajada y tranquila por él.
—Nada —responde mientras enciende su computadora.
—¿Entonces no irás con tu familia? —le pregunto, levanta la mirada del monitor y me mira mientras niega con la cabeza—. Bien —suelto la perilla de mi puerta—. Ven conmigo, entonces.
Su ceño se frunce pero no dice nada, comienzo a caminar hacia el elevador y me sigue.
—¿A dónde vamos? —pregunta.
—Con mi familia —respondo mirándola sobre mi hombro mientras llamo al elevador.
—¡¿Qué?! —pregunta con sorpresa en su voz.
—No quieres ir con tu familia entonces iremos con la mía —dejo que entre primero al elevador y seguida de ella entro yo—. Mi madre y mis hermanas no dejan de insistir al teléfono y ya me cansé.
Miro a la rubia a mi lado.
—Bromeas —suelta mirándome también.
—No lo hago —respondo—. Sabes que no bromeo.
Sigue mirándome con inquietud.
—Jura que es cierto —suelta de nuevo y estira su meñique en mi dirección. Una sonrisa se forma sin permiso en mis labios y termino enlazando su meñique con el mío.
—¿Por qué mentiría? —pregunto—. Mi familia quiere conocer a mi misteriosa prometida —agrego.
Las puertas del elevador se abren en el primer piso de la empresa y ambos salimos de la caja de metal caminando hacia la salida de la empresa.
Durante el pequeño trayecto hasta ese punto no puedo evitar ver como las miradas de mis empleados aquí van hasta la rubia a mi lado que muy por el contrario parece agachar la mirada mientras camina a mi lado.
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Falsamente tuya
RomantizmUn contrato inicia la travesía del famoso y más importante magnate de New York. Aren Russell está acostumbrado a una vida llena de lujos, poder, respeto y dinero, mucho dinero. Un magnate que lidera la lista de Forbes y que lo único que le preocupa...