La hechicera más poderosa

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El rayo de energía oscura se dirigía a los gemelos, Freyja se ponía enfrente, abriendo sus palmas creando un vórtice, el cual absorbía el ataque y con el movimiento de uno de sus dedos se manifestaba otra vorágine detrás de los gigantes, quienes eran impactados por el ataque, aventándolos hacia su hermano donde en un fugaz movimiento Freyr los recibía con un potente golpe de su espada haciendo caer a la mujer y lastimando el brazo de Surtr.

—Creo que eso no lo vieron venir ¿verdad? —decía divertida la diosa de la guerra.

Los gigantes estaban atónitos ante lo que había sucedido, hace unos cuantos minutos la diosa estaba a su merced, sin embargo, ahora pareciese que tenía mayor fuerza, se le notaba en el brillo de su piel, cómo la energía fluctuaba por cada parte de su cuerpo.

Y esto pasaba también con Freyr, su fulgor era similar al del mismo sol, su espada destilaba la energía de la primavera; en el lugar donde había golpeado a los antagonistas comenzaba a crecer pasto y plantas, dando vida a todo lo que habían destruido aquellos entes del caos. Sus músculos eran más notorios, y su visaje mostraba mucha confianza.

—¡Malditos Vanir! —exclamaba Surtr mientras se comenzaba a curar del asalto recibido por su enemigo mortal.

—¿Qué pasa munspeli? Pensé que ustedes serían los que nos ganarían —se mofaba de ellos Freyr.

Sinmore se enojaba al escuchar aquella burla y se levantaba de nuevo para empezar a lanzar rayos de la misma energía oscura que antes, intentando golpear a los gemelos.

Freyja concentraba de nuevo su energía, está vez creando una barrera que detenía los ataques lanzados por su enemiga, eliminándolos al impactarse con la pared mágica, sin embargo, lo que no se esperaban era el ataque directo de Surtr sobre Freyr, quien recibía la carga del gigante por completo haciéndolo volar por los aires y estrellándolo con un derruido edificio.

En el acto seguido la esposa del gigante aprovechaba la distracción de Freyja para lanzar otras centellas de fuego oscuro, las cuales se impactaban contra Freyja, uno en el pecho y el otro en su brazo, haciéndola trastabillar hacia atrás quedando un poco aturdida.

—¡Parece que solo fue su suerte inicial dioses! —se burlaba el gigante quien no pensaba dar tregua y se lanzaba sobre Freyr de nuevo, dejando caer un poderoso golpe de espada sobre el dios de la fertilidad, pero este ya lo estaba esperando, y lo detenía con su propia arma, haciendo retumbar el suelo, mientras que con la onda expansiva se caían dos edificios más.

—¡No lo creo Surtr! —Freyr movía de manera rápida su puño hacia el lado lastimado de su enemigo, donde su hermana lo había dañado con su espada y le daba un potente puñetazo haciendo cimbrar el cuerpo del gigante, quien dejaba salir un gruñido de dolor viendo como ese ataque se estaba convirtiendo en una ráfaga de golpes que lo estaban haciendo doblarse.

Su esposa se disponía a ir a ayudarlo preparando una potente bola de energía que iba dirigida hacia el dios de la primavera, sin embargo, lo que no esperaba eran los agiles golpes de espada que Freyja le estaba lanzando, al haberse movido de manera rápida a donde ella estaba.

—¿Qué piensas hacer Sinmore? —decía la diosa. —Tu pelea es conmigo en estos momentos.

La gigante tragaba saliva al ver el aura difuminada de la deidad de la guerra por toda su fisionomía, quien empezaba a manifestar un cantico en antiguo nórdico mientras ponía su mano sobre su espada, creando un glifo combinado entre la runa Isa y la Gyfu, que al adherirse a su arma esta era inundada por un mar de energía, haciéndola brillar con el gélido vigor del invierno.

A través del mito l: La Bendición de FreyjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora