Los soldados de Grommson se acercaban hacia El Cobijo de Bygul, estaban dispuestos a terminar con ellos, pero Sigrid captaba algo en los ojos de sus enemigos, estaban en blanco, no veía las pupilas, como si alguien los estuviera controlando, también notando que no traían armas de fuego, sino cuerpo a cuerpo, macanas, bastones y demás. Eso la hacía extrañarse.
De igual manera se escuchaba el distintivo sonido de un helicóptero sobrevolándolos, alzando su mirada viendo que era del canal NKR TV, estaban grabando todo lo que acontecía mientras que escuchaba sirenas moverse apresuradamente hacia la escena, observando que eran alrededor de diez patrullas, pero no sólo eso, iba llegando parte de los militares de Oslo, en Jeeps y tanques, un batallón, pareciese que esto se había tomado como un acto terrorista, buscaban poner orden en todo.
—Esto no es bueno, ellos morirán si se meten en este conflicto. —comentaba Gilda, quien aún mantenía su estancia de batalla.
—¡Tenemos que hacer que se vayan! —decía Arkyn nervioso sin quitarle la vista de encima a los soldados de los Grommson.
—No creo que sea posible, creo que para ellos también seremos enemigos, digo estamos aquí ¿no? —señalaba Dhalia
En ese instante, se detenían las patrullas y los militares a unos doscientos metros de los chicos y de donde estaba también Surtr, para que un señor de canas y bien ataviado con su uniforme se bajará de un Todoterreno, con un megáfono.
—Les habla el general Halvorsen de las fuerzas armadas de Noruega, tiren sus armas y ríndanse, de lo contrario no dudaremos de usar la fuerza bruta contra ustedes. —Su voz era profunda, mientras que los soldados y policías se posicionaban para abrir fuego a la primera instancia que dieran la orden, al igual que los tanques.
—¿Qué hacemos mi señora? —cuestionaba Haavard con una preocupación muy marcada en su voz.
Pero su respuesta era respondida no por la diosa si no por una notable carcajada que veía de donde estaban los Grommson, y veían a Surtr riendo.
—¡Jajaja! Mortales, acepten su muerte, no son nadie con sus armas de juguete para lastimarme. —decía de manera imponente, una ola expansiva salía de su voz ocasionando que muchos de los militares humanos cayeran al suelo por el choque de esta o solo por miedo, dejando caer sus armas.
Sin embargo, no se tocaba el corazón sacando su espada y moviéndose a una velocidad inaudita, atacaba directamente el tanque de la armada que sin esfuerzo se fundía por el tajo, creando una masa metálica al rojo vivo, escuchando el agónico grito de los soldados que estaban dentro de él.
Los pocos militares que habían mantenido su postura incluyendo el general abrían fuego contra el gigante, quien no recibía ni un solo daño, sus armas mortales y burdas no lo iban a lastimar, se volteaba hacia una pequeña escuadra que disparaba y apuntaba su mano hacia ellos, dejando salir de la tierra pilares de fuego quemando alrededor de cuarenta soldados con un solo movimiento, regocijándose de los gritos de dolor que proferían.
Los chicos quedaban boca abierta al ver la fuerza del gigante, quien se volteaba hacia el general que quedaba parado atónito ante lo que veía, estaba temblando.
Surtr alzaba su espada para golpearlo dejándola caer a gran velocidad mientras que de manera desesperada el disparaba una y otra vez para detener al gigante que no sentía nada ante las balas, lo iba a despedazar.
Pero el golpe jamás llegaba, Freyja se había movido de manera rápida, deteniendo el golpe con su escudo haciendo que el gigante retrocediera por el gran impacto y la onda expansiva que se había creado, esto desde luego hacía que muchos de los militares salieran volando incluido el helicóptero del canal de noticias el cual con su mano la diosa detenía su movimiento y lo bajaba de manera lenta aprovechando que Surtr se estaba recuperando del golpe entre ambos, logrando moverlo hacia el suelo cerca de los soldados y policías restantes creando una cúpula alrededor de todos para protegerlos de la pelea.
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A través del mito l: La Bendición de Freyja
FantasiSigrid es una chica de veinticinco años, recién graduada de la universidad de Oslo como veterinaria, ama a los animales y la cultura de sus antepasados, las antiguas deidades nórdicas y germanas. Está por entrar en la más grande batalla de su vida...