Libro #2 de la bilogía "El precio"
Tomando la decisión de marcharse de su ciudad huyendo de los fantasmas del pasado que amenazaban con destruirla una vez más, Jennifer, se va sin decir adiós, dejando a su chico de ojos azules con un corazón roto y...
Se que me he desaparecido por dos meses sin actualización, pero es que los exámenes que he tenido son muy fuerte y es que estadística II es muy fuerte. 😔
Ya casi son los finales por lo que,como es mi último cuatrimestre con matemáticas seré libre de estrés. 💓💓
El día de hoy les traigo un capítulo extremadamente largo en recompensa. Espero que lo disfruten, ya comenzamos con la trama del libro. 😏🫱🏼🫲🏽
Sin más preámbulos dejaré que comiencen la lectura. ✨
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—¿Es usted la Srta. Jennifer Lennon? —cuestiona una voz a mis espaldas. Cuando giro una mujer con un vestido floral, un recogido y una sonrisa pequeña pero muy amigable es lo que me recibe y no dudo en corresponder el saludo.
—Sí, soy yo. ¿Sra. Roberts?
—La misma. Sin más preámbulos entonces podemos ir directamente a enseñarle el departamento, ¿le parece?
Asiento.
Nos encaminamos por los angostos pasillos iluminados, cada puerta llevaba su distintiva placa en la cual estaba la numeración de cada departamento en lo alto de las puertas. Subimos al ascensor del final del pasillo y cuando este se detuvo en el tercer piso bajamos y nos detenemos en el departamento treinta y dos, según me he fijado cada piso tiene doce departamentos, por lo que me perdería. Gracias a Dios.
—Es aquí —anuncia y abre la puerta haciéndose a un lado.
El departamento es justo como me lo describió Juliette. Es pequeño pero muy acogedor. Un abanico de caoba instalado en el medio de la sala con unos bombillos para la iluminación lo cual veo muy favorable ya que era de los antiguos, pero muy vistoso y grande. Además de que un poco más alejado estaba la cocina. Era pequeña, la islita estaba acompañada de dos bancos, un detalle muy a favor por lo que no se tendría que comprar unos nuevos en caso de mudarse. La habitación no era muy grande y tenía dos puertas. Un armario pequeño y un baño tal y cómo me lo describió Juliette.
Regreso a la sala donde me esperaba la casera con una sonrisa pasible.
—¿El departamento es de su agrado?
—Sí, es muy acogedor.
—Entonces, ¿va a querer arrendarlo?
Miro una vez más a mi alrededor.
La palabras de Emily invaden mi mente
«Dónde uno o más piensen en ti, en dónde sea que estés, Jenny, a ese lugar siempre podrás regresar. Y ahí, es cuando descubrirás de verdad, dónde está tu lugar en el mundo».
¿Siento que podré sentirme en casa cada vez que llegue de la universidad a este solitario departamento? ¿Me sentiré feliz cuando en medio de mis logros no haya con quién celebrar? ¿Este... puede ser mi hogar?
Me rio de mí misma.
La respuesta estuvo ahí desde el comienzo.
—¿Srta. Lennon?
Me giro y le doy una sonrisa.
—¿Va a quererlo? —me pregunta una vez más.
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