Capítulo 15

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—¿Crees que este vestido me quede bien? —Emily gira sobre sus pies y me mira expectante.

—Sí, te queda genial.

Suelta un bufido hastiada.

—Eso me has dicho con los otros tres outfits que te he enseñado —abulta lo labios señalando las ropas que se había probado.

—Es que todo te queda bien, Em.

—Sí, sí. A otro perro con ese hueso. Justin me dice los mismo cuando está aburrido de que me pruebe mudas de ropas. Invéntate algo nuevo —me señala entrecerrando sus ojos.

Le doy mi sonrisa más inocente y levanto las manos en señal de paz.

—No es una excusa, lo juro. —Aunque los dedos cruzados detrás de mi dicen otra cosa.

Emily seguía mirando con acusación y se da la vuelta, deteniéndose antes de entrar en su armario.

—Que sepas que mi tocador está a tus espaldas y puedo ver muy bien el como cruzaste los dedos, traicionera.

Ups.

—Te quiero mucho, Em. —bato mis pestañas con una sonrisa encantadora. Lo único que recibo es un gruñido en respuesta. No pude evitar reírme por su actitud, a veces es divertido molestarla. Aunque cuando Emily estaba dispuesta a buscar una ropa adecuada para cada evento, se lo tomaba muy en serio.

—¿Ya sabes que te pondrás para la fiesta? —sale de su vestidor con un nuevo conjunto puesto. Una blusa verde pastel que deja sus hombros al descubierto, una falda de cuero color crema a la mitad de sus muslos combinados con unos tenis blancos. —¿Ahora que tal me queda este conjunto? —Me quedo boquiabierta ante lo preciosa que se ve resalta perfectamente su piel oliva y sus ojos castaños claros como la tonalidad del caramelo y su cabello café con tonalidades ámbar, que se había puesto el día anterior, la hacían lucir divina.

—Me encanta —exhalo con una sonrisa igual de resplandeciente que la de ella.

—¡Perfecto! Pues este será —repasa su vestimenta en el espejo de cuerpo completo de su cuarto compartido con Justin y asiente con una sonrisa satisfecha—. Haré que Justin, use los mismos colores.

Ruedo los ojos divertida cuando la veo combinar camisas y pantalones de mi amigo.

—No ignores lo que te pregunté, Jenn. ¿Sabes que te pondrás?

Hago una mueca.

—No estoy cien por ciento segura de querer ir.

Se gira hacia mí con el ceño fruncido.

—Pues ve sabiendo que, si tengo que sacarte a esa fiesta con nosotros amarrándote y encerrarte en el baúl del auto, pues créeme que lo haré.

—Hablo en serio.

—Oh, créeme que yo también lo hago.

—Es que tengo un presentimiento de que no me gustará.

—¿Por qué? —Se detiene de combinar las mudas de ropas de Justin y viene a sentarse a mi lado.

—No lo sé, simplemente... mi pecho se siente pesado. Es más un sentir y me siento preocupada sin motivo alguno.

—Quizás eso sea por otro evento que se aproxima en... —comprueba la hora en su celular—, media hora.

Bufo en descontento al recordad que tengo que almorzar con mi madre.

—Gracias por el recordatorio —ruedo los ojos.

—Deberías ir a recoger tu cartera y lo que vas a necesitar para que llegues a tiempo.

—¿Y si me caigo por las escaleras?

El precio de amarte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora