━ CHAPTER TWENTY-ONE

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LAS ARAÑAS

Para desdicha de Hope, el verano estaba a punto de llegar a los campos que rodeaban el castillo

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Para desdicha de Hope, el verano estaba a punto de llegar a los campos que rodeaban el castillo. El cielo y el lago se volvieron del mismo azul claro y en los invernaderos brotaron flores como repollos.

Pero sin poder ver a Hagrid desde las ventanas del castillo, cruzando el campo a grandes zancadas con Fang detrás, a Hope aquel paisaje simplemente no le provocaba nada. No le gustaba; y lo mismo podía decirse del interior del castillo, donde las cosas iban de mal en peor.

Harry, Ron y Hope habían intentado visitar a Hermione, pero incluso las visitas a la
enfermería estaban prohibidas. Ahora que Dumbledore no estaba el miedo se había extendido más, y el sol que calentaba los muros del castillo parecía detenerse en las ventanas con parteluz.

Apenas se veía en el colegio un rostro que no expresara tensión y preocupación, y si
sonaba alguna risa en los corredores parecía estridente y antinatural, por lo que enseguida era reprimida.

Hope detestaba aquello. La principal razón por la que había atravesado viento y marea para llegar a ese castillo era divertirse. Disfrutar del libre y cálido ambiente de Hogwarts y escapar de su aburrida vida muggle, no ser tratada o señalada como una especie de "medusa" petrifica personas, enmedio del miedo, rodeada de odio.

Ya todo a su alrededor la fatigaba. Y eso no era lo peor. Aunque sonara estúpido ¡Cojeaba por el golpe que le había dado el pastel de Hagrid en el pie! Caminar lento le estresaba mucho, así que la mayoría del tiempo parecía estar enojada con el mundo.

Por un momento, estuvo segura de que perdería los estribos si escuchaba otra vez a Harry repetir las últimas palabras de Dumbledore, tratando de entenderlas : «Sólo abandonaré de verdad el colegio cuando no me quede nadie fiel. Y Hogwarts siempre ayudará al que lo pida.» Hope no entendía nada, ¿con qué finalidad había dicho eso? ¿A quién iban a pedir ayuda cuando todo el mundo estaba tan confundido, molesto y asustado como ellos? ¿Por qué Harry le daba tanta importancia a lo dicho por un anciano en vez de preocuparse por lo que podría estar sucediendo en el castillo?

La indicación de Hagrid sobre las arañas era bastante más fácil de comprender. El
problema era que no parecía haber quedado en el castillo ni una sola araña a la que seguir. «Vaya imán de mala suerte que somos.» Pensaba Hope. Harry buscaba a las arañas adondequiera que iba sin encontrar alguna, y Hope y Ron lo ayudaban a regañadientes.

Además se añadía la dificultad de que no les dejaban ir solos a ningún lado, sino que tenían que moverse siempre en grupo con los alumnos de Gryffindor. La mayoría de los estudiantes parecían agradecer que los profesores los acompañaran siempre de clase en clase, pero a Hope le resultaba muy fastidioso, como ya todo le parecía, en realidad.

Había una persona, sin embargo, que parecía disfrutar plenamente de aquella
atmósfera de terror y recelo. Draco Malfoy se pavoneaba por el colegio como si
acabaran de darle el Premio Anual. Hope no comprendió por qué Malfoy se sentía tan a gusto hasta que, unos quince días después de que se hubieran ido Dumbledore y Hagrid, estando sentada detrás de él en clase de Pociones, junto a Harry, le oyó regodearse de la situación ante Crabbe y Goyle:

BLACK GREEN Vol.2 [Harry Potter Y la Cámara Secreta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora