[ Cuántas veces, amor, te amé sin mirarte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte... ]
Jane Anderson ha vivido en las sombras, sin ser vista, escondida a los ojos de todos y se ha adaptado bien a ello.
Su vida solitaria da...
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Un enorme dolor de cabeza despertó a Jane, sentía que el cerebro iba a explotarle. En cuanto abrió los ojos y miró alrededor un tanto confundida, escaneó la habitación percatandose que no la reconocia. El primer pensamiento que se le cruzó a la cabeza era que se trataba de la habitación de Paul, pero descartó la idea cuando por fin en sus cinco sentidos se dio cuenta que no era así.
Del desconcierto pasó al miedo, no era capaz de recordar nada, miraba hacia atrás y solo tenía algunos flashbacks borrosos de la fiesta. Recordaba estar con Paul todo el tiempo, besándose como nunca lo había hecho, pero también recordó lo ansiosa que se sentía y la cantidad de alcohol que había bebido, está demás decir que no tenía resistencia al alcohol.
Estaba en una habitación pequeña que parecía de dos chicas, esto lo sabía porque había dos camas y la decoración era un tanto femenina aunque parecía que hace mucho tiempo que no había nadie ahí, solo había cosas esenciales.
Se dio cuenta que tenía una pijama blanca con algunos adornos de nubes y estrellas "¿Quien me puso esto?" fue lo primero que pensó al percatarse de su vestimenta. Con toda la desconfianza del mundo se levantó de la cama soltando un quejido en el proceso debido a su dolor de cabeza. Caminó hacia la puerta y la abrió con cuidado, aun no sabia de quien era la habitación y mucho menos de quien era la casa.
El sonido del televisor se escuchó al fondo del pasillo, así que aun con miedo comenzó a caminar hacia el lugar. Miles de escenarios pasaron por su cabeza, como el que algún desconocido y depravado se la había llevado a su casa, pero eso no podía suceder si estaba con Paul y por más que trataba de recordar cómo es que llegó a ese lugar no podía hacerlo.
Cuando se asomó por la entrada su visión mostró a un Billy Black de espalda viendo la televisión donde estaban pasando un partido de Baseball. Grande fue su desconcierto al darse cuenta de quién se trataba. Estaba en la casa de los Black y por lo tanto estaba en la casa de Jacob, la pregunta era ¿Cómo demonios había llegado ahí?
-Jane, despertaste -escuchó la voz de Jacob detrás de ella- ¿Cómo te encuentras? -preguntó observando el cuerpo completo de Jane intentando ver si estaba herida o tenía algún malestar.
-¿No recuerdas nada? -Jacob esperaba que Jane le aclarara lo que había pasado con ella. La rubia simplemente negó con la cabeza-. Me mandaste un mensaje para que fuera a recogerte ¿No recuerdas nada de eso? -volvió a insistir.
