CAPÍTULO 46

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"Madre e hija"

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Así como Jane había comenzado a debilitarse y enfermar, de la misma manera comenzó a recuperarse. Se volvió un caso sumamente extraño para todo el que lo conociera, después de tres días en el hospital y tras varios exámenes, Jane pudo volver a su hogar.

Nadie en la familia Littlesea sabía con exactitud lo que había pasado para que la rubia cayera en ese estado depresivo. Con el respaldo de los integrantes de la manada, Jane solo les contó que había discutido fuertemente con Jacob, lo que ocasionó su depresión. Jacob fue el que ideó todo, pues sabía que si se hablaba de más el secreto de la manada corría peligro y él ya había generado bastantes problemas.

Richard se encontraba demasiado inquieto en todo el asunto, sabía que algo más ocurría y se lo estaban ocultando, sin embargo decidió no insistir, pues tenía la esperanza que Jane con el tiempo se acercara más a él y le tuviera confianza. Se había encariñado demasiado con su hijastra y no quería perturbar la tranquilidad que ahora tenía.

Collin se volvió mucho más protector con Jane, más parecía hermano mayor, aunque con el acelerado crecimiento del chico con facilidad podría parecerlo. El tiempo que podía pasar con ella en el hospital la cuidaba celosamente, principalmente de cierto chico que de un momento a otro estaba todo el tiempo alrededor de la chica. Paul Lahote no le agradaba en nada y le molestaba no saber con exactitud el tipo de relación que tenía con Jane.

-Richard, ya revisaste infinidad de veces esos exámenes -dijo Jane un poco entretenida al ver a su padrastro revisar por doceava vez los últimos exámenes que le habían hecho. Era su último día en el hospital y Richard estaba en la habitación de Jane revisando minuciosamente cada hoja que tenía en la mano-. Estoy bien, me siento de maravilla. -Sonrió ampliamente tratando de convencerlo.

-Jane, estuviste poco más de una semana enferma ¡Y fue de la nada! -exclamó un Collin ceñudo sentado a un lado de la camilla de Jane-. Papá puede hacer todos los exámenes que quiera.

-Tranquilo hijo -dijo Richard después de revisar la última hoja-. Pero en parte tiene razón cariño. -Miró a Jane haciendo que entendiera la delicada situación en la que se encontraba-. Quiero asegurarme de que todo está en orden antes de llevarte a casa.

Jane apartó la mirada un poco avergonzada. Richard pasó de decirle hija a llamarla con palabras tiernas como "cariño". Se sentía bien, pero al mismo tiempo se sentía mal consigo misma ya que aun seguía llamándolo por su nombre de pila.

-Puedes hacerme exámenes con regularidad, pero por favor ya no quiero estar ni un minuto más aquí -le suplico conectando su mirada de nuevo con él.

Richard entendía que el lugar menos favorito de Jane era el hospital, no encontró nada raro en los exámenes, tal vez tomaría las palabras de su hijastra, pues aun no estaba del todo tranquilo con los resultados, no quería que nada se le escapara de las manos.

Soltó un gran suspiro rindiéndose finalmente -Iré a preparar los papeles del alta. -Jane sonrió enormemente tras escucharlo haciendo un mini festejó, Richard río enternecido-. Collin cuida de ella mientras tanto -le dijo a su hijo antes de salir de la habitación. El chico asintió con determinación.

Jane rodó los ojos sabiendo que Collin se tomaría demasiado en serio esas palabras -Bien, hazte a un lado ya no quiero estar acostada en esta estúpida cama. -Jane quitó las sábanas que cubrían su cuerpo para poder levantarse de la cama.

CON LA LUNA EN TUS OJOS - Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora