CAPÍTULO 47

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"Collin"

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Jane nunca pensó pasear un fin de semana en La Push junto con Paul Lahote a la vista de todos. En un tiempo pasado eso era impensable, siempre se veían en lugares discretos y alejados de la vista de todos. Ahora Paul parecía pavonearse diciendo "miren con quien estoy caminando".

Ese sábado, el moreno había pasado a mediodía a casa de Jane para invitarla a caminar por la playa, la rubia se llevó una gran sorpresa cuando abrió la puerta y lo encontró con una gran sonrisa. Por suerte nadie atendió más que ella, pues Collin estaba con su amigo Seth Clearwater, Richard en el trabajo y su madre estaba alimentando a la bebé. Se ahorró demasiadas preguntas incómodas.

Todo el camino habían hablado de lo acontecido en sus recientes vidas, Jane pensaba que hablar con sinceridad era un gran paso en su relación de amigos. Le contó sobre la charla con su madre y su compromiso por recibir ayuda especializada, por su parte Paul le contó sobre su madre y la pequeña cabaña que había comprado para por fin alejarse de su padre e iniciar una nueva vida.

-Tienes que mostrarme algún día tu cabaña -mencionó Jane una vez que ambos se sentaron en unos troncos situados en la orilla de la playa.

-Claro... solo déjame arreglarla un poco -dijo con un poco de nerviosismo tratando de aplazar la visita de Jane. Su casa no era un tiradero, pero estaba casi vacía y le daba vergüenza mostrarla así.

-Seguro. -Le sonrió de manera reconfortante aunque le inquietó el atisbo de renuencia de Paul por mostrarle su cabaña, pero lo dejo pasar- ¿Como fue para ti entrar en fase? -El saber cómo fue esa experiencia para él le quemaba el interior y no sabia por que era la única cosa que aun no le había contado.

El tema era un tanto incómodo para él ya que había entrado en fase al perder el control en una pelea y eso no había cambiado mucho en las demás transformaciones. Era el único en la manada que aún le costaba mantener el control y le causaba un poco de vergüenza contárselo a Jane.

-Fue una discusión estúpida con mi padre, en realidad era ya una bomba de tiempo. Mi padre me golpeó y todo se fue al carajo -explicó rememorando esa primera transformación como si hubiera sido ayer-. No entendía absolutamente nada, cuando me di cuenta ya estaba corriendo en cuatro patas en el bosque -dijo con la mirada distante.

-¿No te diste alguna idea por las leyendas de la tribu? -Por lo que sabía Jane, los demás integrantes de la manada tuvieron alguna noción de lo que podría pasar.

El chico negó con la cabeza -No sabía mucho de las leyendas y mi padre no era el mejor que digamos para contarme alguna, pero Sam me ayudó mucho, es como un hermano mayor para mí. -Sonrió al mencionar al joven alfa.

-Me alegra que tuvieras a Sam y a Jared, que no estuvieras solo. Jacob me detallo lo difícil que fue para él.

-Aun me cuesta trabajo, pierdo el control fácilmente -hizo una mueca al mencionar aquello.

-Tómalo con tranquilidad, después de todo no cualquiera puede convertirse en un lobo gigante -agregó intentando aliviar el ánimo del moreno. Gracias a Jacob sabía que a Paul le costaba mucho ser un espíritu guerrero.

-Tienes razón -dijo enderezando su espalda y ensanchando el pecho-. Y tu eres la impronta de este fabuloso, increíble y sexy lobo. -La miró de reojo para observar su reacción.

Jane río por las ocurrencias del moreno, extrañaba mucho esos elocuentes comentarios. Paul sonrió contagiado de la risa de la rubia, se había prometido hacerla reír cada que tuviera oportunidad aun si tenía que decir bobadas.

CON LA LUNA EN TUS OJOS - Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora