CAPÍTULO 28

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"La familia crece"

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Los habitantes de Forks se encontraban temerosos. Waylon Forge había muerto, el reporte oficial fue que un animal lo atacó. Aquel suceso encendió las alarmas de los guardabosques, todos los habitantes andaban de puntillas alrededor del bosque y eso incluyó a Jane. Todos los días caminaba a la parada del autobús atravesando el bosque y eso no le gustó nada a su madre y a Richard.

Ambos insistieron hasta el cansancio para que Jane aceptara el auto que le habían regalado y que aprendiera a manejar. Afortunadamente Jacob había aparecido en la escena.

-Bien, este auto es casi nuevo, así que no tendrás problemas con nada -le explicaba Jacob montado en el asiento del copiloto.

Ambos estaban en el patio de la casa de Richard en un fin de semana. Jane estaba muy nerviosa, jamás se había atrevido a siquiera montarse en el asiento del piloto.

-Voy a estrellarme en el primer árbol que se me cruza en frente -manifestó apretando el volante con ansiedad.

Jacob rió divertido ante la actitud de su amiga -No lo harás Jane, por eso existe el freno de mano. Lo jalare antes de que te estrelles con cualquier cosa -le explicó colocando su mano en el freno para darle más seguridad a la rubia.

-Okey, yo puedo. -Mentiría si dijera que no se moría de nervios.

-De acuerdo, asegurate que el auto esté en neutral y quita el freno de mano. -La rubia siguió al pie de la letra sus instrucciones-. Bien ahora pon el embrague y enciende el auto, es lo más fácil. -Jane giró la llave para encenderlo, pero lo hizo con poca fuerza y ​​el motor apenas hizo un pequeño ruido-. O tal vez no -dijo al ver el fracaso en encender el auto-. Hazlo con más seguridad.

Jane giró la llave con mayor fuerza y ​​el motor arrancó, provocando que diera un pequeño salto del susto -Si prendio -dijo con una sonrisa en el rostro.

-Excelente, ahora vas a soltar lentamente el embrague, si no el auto se va a apagar. -Ahora con el auto encendido los nervios de Jacob se asomaron, no quería que sucediera ningún accidente.

-¡Hay dios, se está moviendo! -exclamó asustada Jane en cuanto el auto comenzó a avanzar unos centímetros.

-Tranquila, dejalo que avance y acelera un poco.

Jane se sentía asustada, pero al mismo tiempo emocionada. Pasaron toda la tarde practicando y aunque aún le costaba un poco de trabajo, al menos pudo dar unas cuantas vueltas sin chocar con nada ni nadie. Era un gran avance.

(...)

Estar alrededor de Bella y Edward era un poco raro para cualquiera que los conociera. Parecía como si solo ellos existieran en ese pequeño mundo que crearon. Con el pasar de los días la relación entre Jane y el vampiro fue mejorando, si bien aún existían un poco de asperezas y discusiones por la sobreprotección del cobrizo, todo lo demás seguía un curso tranquilo.

Por al menos una semana el tema de su relación estuvo en boca de todos los estudiantes, no sin antes ser opacado rápidamente por el tema del baile de primavera. James Bond, casinos y glamour, un tema demasiado raro para un baile. Afortunadamente Jane no participaría en este raro experimento.

Bella y Jane disiparon cualquier tensión que creciera en ellas, al final la morocha entendió las evasivas de la chica, no era su secreto y no tenía por qué contárselo a alguien. Al hablar de cómo se enteraron del secreto de los Cullen se volvió una broma entre ellas y algo de qué reír. Edward era malo ocultando secretos.

CON LA LUNA EN TUS OJOS - Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora