CAPÍTULO 18

2K 252 18
                                    


"Ponerse a salvo"

• • • • • •


Lo sabía, no era nada tonta. Quería convencerse de que eran casualidades fortuitas y que los fríos ni nada relacionado con ellos existía. La mente de Jane era un completo caos, después de llegar a la enfermería inventó la excusa de que le dolía el estómago y se sentía mareada. Después de un chequeo la enfermera determinó que solo se trataba de una pequeña descompensación y que no había problema alguno.

Sin embargo Jane se negaba a aceptar quedarse por más tiempo en la escuela, aquellos ojos dorados aun atormentaban su mente. A pesar de que le dijeron que podía continuar normalmente con sus clases, decidió irse temprano. Los problemas con saltarse las clases los resolvería después.

Fríos... Vampiros... Cullen... No dejaban de repetirse aquellas palabras en su mente. Un instinto de supervivencia recorrió todo su cuerpo. Si los fríos eran vampiros y todo lo que se contaba de ellos era cierto, tenía que ponerse a salvo.

Miles de preguntas pasaban por su cabeza ¿Cómo es que van a la escuela como si nada? ¿Cómo es que pueden contener su sed y no matar a media escuela? ¿Qué edad tienen? ¿Por qué el sol no los mata? ¿Cuántas personas han matado para alimentarse?

Mientras se acercaba a su casa se dio cuenta que tenía que poner una excusa creíble para su madre, justificar el llegar temprano y el porque no iría la siguiente semana y lo que restaba del curso a la escuela. Incluso estaba dispuesta a no salir nunca más de la reserva hasta que los Cullen se fueran de Forks, al menos el tratado con los Quileutes la mantenía a salvo.

-¡Eso es! el maldito hongo -exclamó tras recordar aquel peculiar hongo que crecía en el bosque.

Tenía que tomar un pequeño desvío para ir a donde estaba el antiguo remolque, pues cerca de su casa club crecía aquel hongo. Era una medida desesperada, pero por nada del mundo quería regresar a la escuela, de todos modos ni siquiera le gustaba ese lugar.

-Me voy a arrepentir de esto, pero tengo que hacerlo -manifestó con aflicción tras tomar el primer hongo e ingerirlo. Tragó con dificultad y tomó todos los que había en la zona, tenía el plan de mantener su malestar todo el tiempo que pudiera.

(...)

Lo bueno y malo de aquel hongo era que hacía efecto muy rápido. Estaba teniendo dolor de estómago y las náuseas estaban haciendo presencia tan pronto como llegó a su hogar.

-¿Richard? Cariño ¿Eres tú? -escuchó a su madre desde la cocina. Quería pasar de largo e ir urgentemente al baño, pero tenía que presentar su excusa.

-Soy yo -anunció Jane conteniendo las náuseas en cuanto cruzó la entrada a la cocina. Rebeca la miró con extrañeza y después verificó el reloj de pared, era muy temprano para que su hija regresara a casa.

-¿Qué haces en casa tan temprano? ¿Pasó algo en la escuela?

Jane respiro hondo para recobrar la compostura y poder responder, un grave error. Rebeca cocinaba un estofado muy raro y con olor muy fuerte, en cuanto llegó a sus fosas nasales no pudo resistir una arcada provocando que pusiera una mano en su boca intentando contener el vómito.

- ¿Qué te pa... -No termino de formular su pregunta porque Jane ya se encontraba en el baño devolviendo lo poco que había comido en el almuerzo. Con preocupación la siguió para averiguar lo qué estaba pasando.

CON LA LUNA EN TUS OJOS - Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora