Capítulo 6

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Kageyama se había levantado con muchas energías debido a que al día anterior pudo coinciliar el sueño con más facilidad por lo que pudo dormir más. Rápidamente se cambió a una ropa cómoda y salió de su casa para correr un rato, aunque no sin antes coger unas frutas para obtener energías.

Kageyama se sintió aliviado cuando se dio cuenta de que Kunimi no le odiaba cuando se encontró con él. Sinceramente Iwaizumi y él habían sido las personas que más apoyo le dieron durante lo poco que compartió con ellos por lo que su amistad era muy importante para el azabache.

Después de que el azabache terminase de correr volvió a su casa a cambiarse al uniforme de educación física para después desayunar y finalmente salir a entrenar con un cierto peli naranja. Cuando el más alto llegó vio que el peli naranja ya había llegado y le estaba esperando.

— ¡Yamayama! Que bueno que por fin llegaste.— Dijo el chico de baja estatura de forma alegre corriendo hacia él, sin duda el chico era pura energía.

"¿Acaso no podías dormir?" Preguntó extrañado al ver que el jugador había llegado antes que él.

— No puedes esperar que duerma tranquilo cuando recientemente cancelaste la práctica matutina.— Reclamó el más bajo, aunque ambos sabían que eso no era excusa puesto a que solo entrenaban media hora.

Esos pequeños entrenamientos matutinos iban seguidos normalmente por el entrenamiento con todo el equipo, a excepción de los lunes y miércoles por la mañana donde no tenían entrenamientos antes de clase.

Estuvieron veinticinco minutos pasándose la pelota, cada vez Hinata mejoraba más al posicionarse hacia la pelota. Kageyama notaba que todavía le faltaba mucho al más bajo, pero poco a poco aprendería el resto de movimientos que debía hacer como el pequeño salto para moverse, la experiencia para ver la pelota, entre otras cosas.

Hinata disfrutó mucho ese tiempito de entrenamiento y tras este ambos fueron corriendo a la superior para después entrar al polideportivo. Cuando llegaron a la institución vieron que todavía no había llegado nadie, pero poco después llegó el capitán quien tenía las llaves del polideportivo.

Poco a poco el resto de jugadores comenzaron a entrar para dar por empezado el entrenamiento. Mientras todos entrenaban Kageyama estaba arreglando todo por su cuenta debido a que Shimizu no podía acudir al entrenamiento de la mañana.

Kageyama llenó todas las botellas de agua, preparó una toalla para cada uno y tras eso empezó a recoger las pelotas viendo atentamente la pista. Todos notaron que Kageyama parecía concentrado mirando el entrenamiento, aunque no por ello estaba quieto. Su cuerpo parecía reaccionar al movimiento a su alrededor mientras su mente estaba fija en ellos, en la pelota y toda la pista. Sinceramente a ninguno le importó que Kageyama estuviese de ese modo debido a que no se sentían incómodos por ello.

— ¡Yamayama!— Gritó Hinata emocionado.— ¿Cómo lo hice?— Preguntó con una sonrisa sintiéndose bastante confiado.

"Está bien, lo único que te falta es terminar de acompañar el balón, bajar un poco más y mantener los pies firmes." Escribió con rapidez. Hinata se ilusionó más y el azabache le miró confundido.

— ¡Entonces si hago eso mis recepciones estarán muy bien!— Concluyó el enérgico jugador con una gran sonrisa y Kageyama alzó los hombros en señal de posibilidad.— ¿Me ayudarás a entrenar?— Preguntó con ilusión el rematador quien consiguió que el mánager aceptara. Sinceramente nadie se vería capaz a negarse al chico.

Hinata literalmente irradiaba una aura de alegría y confianza, además sus ojos se veían brillantes y deseosos como si estuviese poniéndole ojitos a alguien. Eso sin mencionar la gran sonrisa en su rostro que enternecería a cualquiera.

El destino tendrá sus razones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora