Capítulo 2

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Kageyama se había levantado a las cinco de la mañana para hacer su carrera matutina. En su primer día de clases no salió a correr debido a que la noche pasada le había costado mucho coinciliar el sueño. El azabache se preparó un buen desayuno y se puso el uniforme de educación física para ir a la superior tras una práctica matutina con un cierto enano.

Kageyama se encontraba esperando a Hinata delante del descampado. Habían pasado más de diez minutos desde la hora acordada y no había la más mínima pista sobre el pelinaranja. Estuvo esperando un par de minutos hasta que finalmente el susodicho llegó a aparecer.

"Si quieres convertirte en el as de Karasuno vas a tener que mejorar esas recepciones un poco. ¿Empezamos?" Le escribió rápidamente en un papel y Hinata confundido asintió sin entender como le podía ayudar.

Kageyama sacó una pelota de voleibol de su mochila y empezó a pasarle el balón al peli naranja para que se lo devolviera. El azabache empezó pasándole balones fáciles para los cuales el más bajo no tenía ni que desplazarse, después empezó a subirle un poco más los balones y por último le pasó unos balones en los que debía desplazarse ligeramente. Tras ver lo básico el más alto detuvo el balón y se acercó a Hinata con su móvil para poder escribir.

"A la hora de recibir debes bajar un poco más y mantener las piernas firmes antes de que te llegue. No te estoy mandando balones fuertes por lo que para levantar el balón debes acompañarlo con tus brazos. Deberías inclinarlos también un poco más hacia abajo." Le explicó el azabache y el contrario asintió aunque sinceramente dudaba de que Hinata hubiese comprendido mucho de lo que dijo y seguramente se le olvidaría rápidamente.

— Kageyama. Pareces saber mucho de vóley.— Dijo felizmente Hinata y el azabache sonrió tímidamente, aunque el de menor estatura no lo notó debido a que todavía él no conocía la inusual forma de comunicación en la expresión facial del más alto.

Kageyama nunca había explicado a nadie a cómo jugar voleibol, pero se sentía bien, aunque sabía que necesitaría paciencia posteriormente y eso lo sabía gracias a su abuelo quien era entrenador. Sin embargo, Kageyama sentía un sentimiento cálido en su interior al ayudarle.

Kageyama volvió a lanzarle un total de diez bolas y en solo dos bajó un poco como le había pedido, en otras dos acompañó el balón y en cuatro bajó ligeramente más los brazos mientras ninguna vez puso firmes sus piernas. Una vez terminadas las diez el mayor en estatura paró el balón y posteriormente se acercó a él.

"Ponte en tu postura de recepción." Le ordenó por escrito y Hinata lo hizo con una ceja alzada.

El azabache hizo que Hinata bajara un poco más haciendo que su centro de gravedad estuviese en el centro, además le bajó un poco más los brazos de forma que quedaran ligeramente más inclinados y le separó un poco más los pies. Tras ello le lanzó la pelota y la recepción del más bajo fue más limpia y alta.

— Kageyama. Siento que hay algo diferente en esta recepción que en las otras.— Le dijo Hinata luciendo sorprendido. Kageyama le dedicó una sonrisa, era una leve sonrisa poco perceptible, pero Hinata la notó y sinceramente fue una de las sonrisas más grandes que el azabache mostró desde hace un par de años. Kageyama se alegró por Hinata debido a que era bueno que el rematador central hubiese notado la diferencia.

"Es porque tenías la postura correcta" Le escribió el administrador desde el móvil y él le miró con un gran brillo en los ojos.

— ¿Mañana podemos repetir este entrenamiento?— Le preguntó Hinata emocionado y el antiguo colocador asintió.

"Sí, deberíamos de ir a la superior antes de que empiecen el entreno." Le escribió el administrador y el peli naranja asintió, posteriormente empezaron a correr manteniendo una carrera pareja hasta la escuela superior.

El destino tendrá sus razones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora