Capítulo 12

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Todos en Karasuno estuvieron días ayudando al administrador incluso cuando éste les contó que la razón por la que no podía hablar era por malas experiencias las que le llevaron a desarrollar mutismo selectivo. Kageyama se sintió bastante conmovido por los intentos de su equipopara tratar de hacerle sentir a gusto, pero también le entristecía que a pesar de los esfuerzos de su equipo no les podía corresponder.

Todos se comportaban muy bien con el administrador, algunos eran más protectores que otros, pero eso no molestaba a Kageyama, o al menos no del todo.

Sawamura era muy atento con Kageyama y siempre se acercaba cuando le veía perdido con dónde dejar las cosas, Sugawara era muy amable y le hacía sentir cómodo como si pudiera confiarle cualquier inquietud. Azumane a pesar de lo asustadizo o pesimista que pudiese ser o lo fuerte que pudiese ser por su aspecto, era una persona muy agradable y paciente. Shimizu siempre ayudaba a Kageyama a preparar las cosas, además era muy fácil hablar con ella.

Tanaka era un poco problemático y protector, pero con él cerca siempre habían sonrisas. Nishinoya producía una gran aura de seguridad por lo que era difícil venirse abajo con tanto apoyo. Ennoshita parecía el líder de segundo y le ayudó mucho a integrarse con los chicos de segundo año. Kinoshita era alguien un poco nervioso, pero siempre tenía alguna historieta entretenida que contar. Narita era un poco más serio, pero siempre se ofrecía a echarle una mano para llevar las cosas.

Hinata era muy enérgico y amable y se convirtió en su compañero más cercano de la superior. Tsukishima era bastante perspicaz, tanto que incluso el día del partido no le quitó el ojo de encima a su administrador, así fue cómo se encontró con un rematador rival encarándole. Yamaguchi era tímido y bastante simpático y parecía siempre querer ayudarle con cualquier cosa.

Además siempre que el administrador estaba desocupado los jugadores trataban de conversar con Kageyama, aunque este siempre terminaba respondieron por escrito.

Kageyama se encontraba pensando en todos los miembros del equipo de voleibol del Karasuno estando sentado en la sala de espera esperando a que su psicóloga le diese el visto bueno para entrar.

— Kageyama, pasa.— Dijo la mujer con una sonrisa devolviendo al azabache a la realidad.

Kageyama entró al despacho de la mujer quien cerró la puerta para que pudiesen hablar cómodamente. La profesional se sentó y se extrañó de ver a su paciente más pensativo de lo normal.

— ¿Ocurre algo?— Preguntó dubitativa por el rostro del estudiante.

"Mi equipo de voleibol me está apoyando mucho." Le dijo a través del lenguaje de señas sin estar muy seguro de si decirle su circunstancia a la mujer.

— Eso es bueno. ¿No?— Dijo la mujer y Kageyama asintió.

"Me gustaría hacer algo por ellos... Pero no sé qué hacer." Explicó el paciente decidiéndose a hablar del tema.

— Quizás es momento de dar el gran paso.— Dijo la profesional con una pequeña sonrisa alentadora, pero el estudiante no parecía muy convencido.— No tienes por qué hacerlo solo. Dijiste que esa chica, Shimizu creo que se llamaba, también quería animarles. Quizás entre los dos les podéis decir algo para animarles.— Dijo la especialista intentando convencer a su paciente para decir su primera palabra desde hace mucho tiempo, poco sabía ella que hace poco Kageyama dijo su primera palabra frente a sus destinados.

Kageyama además de intentar comprender sus sentimientos y emociones e intentar asimilar sus malas experiencias estuvo practicando para decir los nombres de sus compañeros de equipo.

El destino tendrá sus razones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora