El destino tendrá sus razones.

Capítulo 8

Era una tarde bastante normal en Karasuno y un específico grupo de voleibol se encontraba rematando hasta que llegó un grupo de hombres bastante familiar para la mayoría, el grupo de la asociación del vecindario. Ukai se acercó a ellos para agradecerles por el favor y notó que faltaban dos rematadores y un colocador, aunque desgraciadamente no tenían un suplente de lo segundo así que recurrió a su último recurso.

— Kageyama. He oído que eras colocador. ¿Es eso cierto?— Preguntó el adulto al administrador quien asintió ante la pregunta.— Necesitamos a un colocador. ¿Te molestaría jugar con el equipo del vecindario?

"¿Pero no afectaré a la comunicación con ellos?" Preguntó en su cuaderno dudoso ante la oferta tan repentina.

— No te preocupes por eso. Solo me interesa ver cómo juegan los jugadores del Karasuno en un partido. Además, confía un poco en ellos, podrán adaptarse.— Animó el entrenador, el azabache lo pensó por un momento. No era un partido oficial, no tendría a un público sobre él. No tenía ninguna razón para negarse.

El azabache aceptó, hacía tiempo que no jugaba con alguien, es cierto que había estado dándose pases con Hinata, pero no era lo mismo. El entrenador fue con el resto de adultos siendo seguido por Kageyama, Narita y Yamaguchi. Ukai aprovechó para explicar la situación brevemente y todos acogieron agradablemente al joven estudiante de ojos azules.

— No te preocupes, si no sabes qué hacer pasame el balón.— Dijo Takinoue con una gran sonrisa siendo la persona tan optimista que era. Esa simple oración trajó un recuerdo bastante agradable al de primero.

Un día que Oikawa no estaba en su mejor forma debido a que había dormido muy mal, Kageyama tuvo que sustituirle. Cuando el azabache entró a la pista se sentía nervioso por jugar ante tantas personas, pero sobre todo porque la mayoría de chicas le miraban con desagrado como si hubiese hecho algo mal. Entonces Iwaizumi se acercó a él y le dio una palmada en el hombro.

— Si te sientes nervioso o tienes alguna duda confía en mí y pásame el balón. Verás que lo convierto en punto para nosotros.— Dijo con seguridad conmoviendo a su kohai. Ese pequeño gesto provocó que el chico ganara confianza y por consecuente se concentrara en el partido.

Mientras jugaban los rivales empezaron a susurrar que no era tan bueno como Oikawa y por ello fallaría. La primera vez no les hizo caso, pero después pudo ver que todos los espectadores le miraban atentamente, la mayoría de chicas esperando a que fallase.

Cuando la mente del ojiazul tuvo un momento de vacilación, le pasó inconscientemente el balón a su destinado, quien además era el as y el vice capitán del equipo. Iwaizumi remató la pelota y lo convirtió en un punto para el equipo. Tras eso el de tercero fue hacia Kageyama y le revolvió el pelo con una sonrisa.

— ¡Buena colocación!— Felicitó el as provocando que su kohai se sonrojara por el halago y la vergüenza. Ese pequeño halago terminó con las dudas e inseguridades del azabache durante el partido.

Los adultos le llamaron y Kageyama se excusó diciendo que había recordado algo y se disculpó por ello puesto a que dejó de prestar atención momentáneamente. Sin embargo, ellos le dijeron que estaba bien y que tenían muchas ganas de jugar con él.

En el equipo de Karasuno salieron como titulares los tres chicos de tercero, Tanaka y Ennoshita y Tsukishima quien se cambiaría con el líbero cuando fuese atrás. Aunque Hinata estaba de reserva, Ukai tenía planeado cambiarle en la mitad del partido para comparar quién era mejor entre él y Ennoshita. El Karasuno se enfrentaría a los miembros de la asociación del vecindario junto a Kageyama, Narita y Yamaguchi.

A Ukai le hubiera gustado ver a Kinoshita jugar, pero este se había retirado del entrenamiento debido a una llamada de sus padres, pero tendría otro momento para ver cuánto había cambiado respecto al año pasado.