— Parece que Kageyama tampoco vendrá hoy.— Dijo Kunimi en voz baja remarcando la ausencia del colocador de primero.
— Seguramente esté detrás de Oikawa-san otra vez.— Dijo el otro rematador con un tono molesto.
— ¿Estás celoso?— Preguntó alzando una ceja mirando atentamente a su destinado.
— ¿De qué voy a estar yo celoso?— Preguntó Kindaichi sorprendido negando rápidamente con la cabeza.
— De la admiración que siente Kageyama por Oikawa.— Respondió con simpleza.
— Tonterías.— Dijo de inmediato avergonzado.— ¿Acaso a ti no te molesta? Es como si no le importásemos.— Explicó Kindaichi mientras su destinado rodaba los ojos.
— Claro que le importamos. Sabes que solo admira a Oikawa porque quiere llegar a ser el mejor colocador.— Explicó abriendo su bento cansado de discutir con su amigo siempre del mismo tema.
Kindaichi se despertó de su siesta con el sonido de su alarma que le indicaba que eran las cuatro y media de la tarde por lo que debería de arreglarse puesto a que quedó con sus destinados del Aoba Johsai para hacer una fiesta de pijamas.
Kindaichi se duchó rápidamente y se cambió de ropa porque según había llegado anteriormente del entrenamiento matutino de los sábados se quedó dormido a pesar del sudor en su cuerpo.
Antes de salir cogió su mochila y una vez salió y cerró la puerta cayó en cuenta que se dejó las llaves dentro de su casa en la que ya no había nadie, pero pensó que no le harían falta debido a que se quedaría a dormir en casa de Oikawa.
Kindaichi cogió su móvil y se extrañó de ver dos mensajes, uno de Iwaizumi y otro de Kunimi, que comentaban que tenían un mal presentimiento lo que tensó un poco al rematador debido a que era común que sus malos presentimientos se cumpliesen.
Kindaichi se paró un segundo en un parque a verificar si llevaba todo lo necesario, lo que resultó correcto. Prefirió pensar que el mal presentimiento de sus destinados era dirigido a Oikawa debido a que él no encontraba nada fuera de lo común.
Cuando Kindaichi llegó vio que Kunimi e Iwaizumi ya les estaba esperando, estaba a punto de preguntar si iban yendo a casa de Oikawa cuando éste llegó. Oikawa y Kindaichi se miraron por un segundo confundidos.
— No era necesario que vinieras a recogernos, sabemos ir a tu casa.— Indicó el castaño todavía sorprendido de verle.
— Pero acordamos que finalmente sería en su casa.— Susurró Kindaichi inseguro temiéndose por un malentendido.
— ¿En serio?— Preguntó rápidamente para después verificarlonen su teléfono viendo que lo que decía el rematador de primero era cierto.
— No me sorprende.— Dijo Kunimi alzando los hombros debido a que normalmente la comunicación entre Oikawa y Kindaichi era la más torpe del mundo.
— Supongo que deberemos de cancelar la pijamada.— Supuso el vice capitán debido a que ninguno tenía nada preparado.
— Pero Iwa-chan... No puedo entrar a casa... Perdí las llaves y no hay nadie en casa.— Dijo el castaño zarandeado el brazo de su novio infantilmente.
— Yo también tengo un problema... Dejé las llaves dentro y no hay nadie para abrirme.— Explicó Kindaichi cabizbajo y su amigo de primero le dio palmadas en su espalda al no saber cómo animarle.
— Bueno quizás mierdakawa puede dormir en mi casa y Kindaichi en la casa de Kunimi.— Dijo intentando aportar una solución.
Los cuatro jugadores se quedaron en silencio creyendo que era la mejor solución porque hasta donde sabían los padres de Oikawa no llegaban hasta dentro de una semana y su hermana y la madre de Kindaichi hasta el día siguiente.
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El destino tendrá sus razones.
FanfictionTodos creen que los destinados se necesitan para poder ser felices, y no se equivocan, así se puede experimentar una felicidad suprema. ¿Pero es la única forma de ser feliz? No. Iwaizumi Hajime, Oikawa Toru, Kindaichi Yuutaro, Kunimi Akira y Kageyam...